Yoga Cachemira del Shivaismo no-dual

Introducción

Introducción

El enfoque del Yoga-Cachemira de esta exposición parte del Shivaismo, en el que se introduce algo del Tantra (Yoga de origen Shivaista), donde prevalece el origen femenino. El fundamento básico de este escrito, es el de plasmar algunas pinceladas sobre este tema y a la vez cuestionarnos: ¿qué es lo que estamos haciendo con el Yoga en general? y ¿por qué es tan desconocido este denominado Yoga-Cachemira?

Este Yoga nace desde la perspectiva de la No-dualidad del Advaita y del Shivaismo. Iniciaremos comentando ya de entrada, que esto es muy complejo y difícil de comprender, si no se tiene de antemano cierta madurez, profundidad y desapego de las sombras más oscuras, del inconsciente psíquico y de sus condicionamientos. Tal como lo expresa el significado profundo del texto Spandakarika (estancias sobre la vibración) que dice: “aquello que esclaviza a los vivos es lo mismo que eleva; aquello que ata al ignorante, es eso que libera a aquel que sabe”.

Abhinavagupta lo define esto así: “que cualesquiera que sean las cosas que se hagan bajo la situación del Conocimiento y de la actividad ¿en que se distinguen de lo inconsciente? Y si lo inconsciente vibra también ¿no forma parte del ámbito de la Conciencia sin dualidad, ilimitada, y que, eminentemente real, escapa a toda captación racional?”

Es muy complicado el asimilarlo, intuirlo desde el intelecto y el razonamiento, prácticamente imposible. Aquí no utilizamos la lógica establecida por los hábitos, va más allá de las ideas y del pensamiento. Es bastante diferenciado de los Yogas-clásicos, tal como lo iremos observando en la medida que vamos elaborando, la trasmisión de los argumentos de todo este cuestionamiento.

En mi humilde opinión y visión o pequeña vivencia, este Yoga de Cachemira, es de un encaje y calado profundo, que apunta con seriedad hacia la Última Verdad de Ser. Está tradición del Yoga Shivaista de Cachemira, proviene de una visión directa, como una celebración en toda su práctica de lo Eterno, desde lo No-dual y la vía directa; aunque a veces utiliza y se sirve de las vías progresivas,dando suma importancia al sentir y vivir las emociones reconociendo nuestras carencias y atravesándolas para liberarnos.

Parte que antes que iniciarse en el Yoga, ya Somos; al revés de los demás Yogas: hago Yoga porqué Soy, no realizo el Yoga para Ser.

Buscadores de la Verdad Absoluta

Jean Klein fue el que introdujo esta orientación del Yoga-Cachemira en Occidente, es considerado por algunos, como el Rishi (sabio) en Occidente, como el Shi Ramana Maharshi de la India en Europa. Nos comunicaba: “que este Yoga había nacido de la usanza de los buscadores de la Verdad Absoluta. No es ninguna religión, sistema o técnica”.

Está práctica de la Verdad Absoluta fue transmitiéndose a todo aspirante o estudiante, que sentía de verdad vivirla, serla y experimentarla en el laboratorio de su Conciencia. Sin olvidarnos en esta introducción, que antes nos debemos servir del Yoga. Para así deshacer y suprimir los nudos y resistencias del inconsciente, pues lo primero es una armonización del cuerpo sensible, táctil, para que no sea impedimento de desvío de lo No-dual.

No busques nada, ni la Verdad Absoluta que Eres, sino que esencialmente deja que lo que Eres, esa Verdad te busque a ti, entrégate, abandónate a Él, Shiva (Conciencia). Él está de ti tan próximo, que no hace falta que lo busques lejos.

Este enfoque de la vía Shivaista No-dual Cachemir, utiliza en ello la vía directa, abrupta o negativa, donde se requiere un inmenso coraje para soltar y liberarse de todo lo que uno no Es, quedando lo que Soy. Aunque al principio es imprescindible para muchos la vía de lo que no Soy, la vía progresiva o positiva es la que más se da en los Yogas clásicos. A la vía directa también algunos la llaman la No-vía o Anupâya, como aparece en el segundo tratado del Tantrâloka o Luz sobre los Tantras.

El Tantra ha tenido su relación o influencia, sobre casi todas las tradiciones del Yoga. Surge en el siglo V y VI, es anterior al Hatha-Yoga, que nació en el siglo X. El Yoga del Shivaismo Cachemira es un Yoga que apunta siempre, a dejarnos disponibles, abiertos a recibir la Verdad No-dual. En un Yoga de esta clase es duro y riguroso estar receptivo, y mucho más vivirlo, al menos para el ego. Resulta complicado si todavía no se comprende un mínimo, el significado que se inculca en el Vijñana Bhairava Tantra, surgido de la tradición Shivaista de Cachemira.

En la tradición del Yoga-Cachemira, desde la visión del Tantra, Shiva es la Conciencia o Bhairava y Shakti es la Energía o Bhairavi, el Poder. Cuando se tienen residuos, sombras en el inconsciente, o carencia de energía, como existen en casi todos nosotros, es cuando no tenemos una visión clara y continua de Conciencia. Algunos a esto lo equiparán con la visión mística cristiana “noche obscura del alma” de San Juan de la Cruz. Lo que sería la liberación de los condicionamientos del inconsciente.

Aquí ya los objetos nos dejan en parte de interesarnos, pero todavía no estamos totalmente libres ni desplegados. No está completamente integrada la unidad de Conciencia y el Ser en nosotros. Pero en los pasajes Bhaktis del Stavacintamani (la joya de la alabanza a Shiva) se ratifica sobre esto de los objetos o insuficiencias: “que incluso una carencia oh Shiva (Conciencia) ¿es realmente una carencia si eso me permite alcanzarte? La dificultad, el sufrimiento puede volverse en un sustento claro para despertar”.

Se ve con claridad que todo es aceptado si emana de la unidad de Conciencia. Que incluso dentro de los grandes conflictos, pensamientos de sombras manchadas por el inconsciente, se pueden depurar y eliminar por la presencia de Shiva (Conciencia) al que alabamos.

Según Klein: “es directa la vía cuando nos prepara y orienta a lo que Uno Es, desde la Eternidad, línea Shivaista y es progresiva porque nos ayuda a ver y discernir lo que No Es, liberándose a Sí mismo, línea Brahmaniana. Siempre teniendo en cuenta que en la vía progresiva se mantiene, la idea de que la creación está separada del Creador”.

En un camino progresivo es virtualmente imposible liberarse de la garra sutil de la dualidad, sigue manteniéndose el yo-personal. Mientras que en la No-dualidad ya no persisten las etapas, las secuelas del ego, ni la separación. En las etapas existe purificación del inconsciente, pero no la Realización de lo que Somos.

Después de todo uno se pregunta: ¿y qué es lo No-dual?, y tan solo los que han evidenciado la No-dualidad, contestan: de que solo cuando se tiene la experiencia, vivencia de No-dualidad, se sabe con precisión y certeza, lo que es. Y está claro que es cuando no existe el yo-personal, la imagen personal, el ego, por tanto no existe separación.

Nisargadatta afirmaba “que la liberación no es nunca de la persona, del ego; sino que uno es de la persona de la cual se libera”. Esta afirmación nos muestra como nosotros deseamos liberar al yo-personal, al ego y es de la persona de la que nos tenemos que liberar. Pensamos que es la persona la que se libera; en lugar de que es uno el que se libera de ella.

Estar libre de esta imagen personal que nos creemos ser, es decir del ego; eso es la verdadera liberación. En resumidas cuentas dicho de otra manera: la persona no es la que se libera de uno, de lo que Es; sino que uno es el que se libera de la persona, al disolver la imagen personal, el ego y esto es la No-dualidad.

Al comenzar por estos parajes, parece reflejarse una sensación de miedo, incertidumbre y desconcierto, en la que todo se rompe, se tambalea de golpe de nuestros diseños habituales. Hasta que te das cuenta que simplemente es una transformación de la visión y que uno va siendo más libre de su imagen personal, ego; aunque a la vez parezca que uno se queda sin agarres, sin referencias, desnudo y preparado para rendirse. Y esto no es fácil, solicita tiempo, paciencia y mucha práctica.

Klein así lo explicaba: “aparentemente parece difícil, pero es el camino más fácil, porque cuando observas que no estás atento, en ese momento estás atento. Esto es escucha y observación atenta, lucida a lo que le llamo nuestra naturaleza Real y Verdadera”. Los pilares del Yoga-Cachemira son el observar y la escucha. Esto solo viene al permitir, dejar libre que el Silencio vibre, venga a Sí mismo, en la vacuidad.

La importancia del sentir en la sensibilidad del cuerpo y lo pscológico

En el Yoga-Cachemira se le da suma importancia al cuerpo, tal como lo sugería Nisargadatta: “la sensibilidad del cuerpo es la Conciencia Pura de Ti Mismo”. Lo mismo menciona el Yoga- Cachemira con el cuerpo: lo convierte en el objeto prioritario de nuestra Conciencia. Las asanas (posturas) deben ser una observación continua al cuerpo sensible, a la sensación, como si sería un templo sagrado.

Este Yoga pone en énfasis en el trabajo corporal, es como un destello preciso del despertar la sensibilidad, es poner el acento de su práctica en el origen de no proyectar, ni proyectarse en ningún fin, objeto ni resultado. Nada que conseguir. La existencia del cuerpo no debe ser separada ni despreciada, del mundo, de lo que Somos, de la Conciencia. Las funciones del cuerpo,al igual que las psíquicas deben forman parte de lo espiritual, de lo Divino.

Lo más característico, distintivo que me llamo la atención de este Yoga no-dual Cachemir sobre los demás Yogas, es la magia que utiliza el sentir, la emoción, y la sensibilidad en el trabajo corporal del Yoga. Toma la emoción como objeto de observación, verificando que en la emoción el yo-personal, ego pierde todo el control del pensamiento, que en la emoción no existe control ninguno. es decir que si existe ego no existe emoción y si existe emoción no existe ego.

El ego no nos permite expresar nuestras emociones, en el enfoque Cachemir lo importante es este sentir las emociones, los sentimientos. Esto tan sencillo cala en lo más profundo, lo que siento es lo esencial, este es el enfoque tántrico: el de no querer cambiar el sentir. En Oriente lo sensorial es reconocido como la vía Real para adentrarse en la Verdad y Éric señala que cuando ya no se siente nada psicológicamente es cuando se siente verdaderamente.

El sentir es afrontarlo, es lo que nos da la realidad de la vida en cada instante para ser vivido. Éric añade que hacer frente a esto es la cima de la tradición del Yoga de Cachemira y que el sentir es la bendición del que lo práctica. En un instante de disponibilidad sensorial, no hay terreno para un problema psicológico.

En cuanto se intensifica la sensibilidad del cuerpo, el Yoga es menos obligatorio, disciplinado y en cuanto más tensos y saturados nos sentimos por la agitación mental y del cuerpo más necesitamos el Yoga. No es tanto enseñar el yoga, es más que el estudiante te lo pida por pasión y necesidad, siempre que el facilitador sea competente y lo viva en sí mismo. Sin la pasión de ambos es muy difícil, hay que estar apasionado, es frecuente el estar apasionado dos o tres años en los que uno se percata, que después de este tiempo no volverán a practicarlo, ni al interés de su pasión por el Yoga.

Las emociones proceden del Silencio, estaremos condicionados con las emociones, sino sentimos la sensibilidad del cuerpo, sino se siente el cuerpo, seré como un objeto identificado de mi cuerpo. En un cuerpo totalmente relajado, se presencia como está compuesto por bloqueos, resistencias y tensiones, que nos impiden observar la sensibilidad de las zonas físicas y las carencias psíquicas, conduciéndonos a la tranquilidad de Ser del Silencio. Al contrario se ve claramente en un cuerpo no relajado, al realizar las poses desde la intención, o desde el pensamiento, el ego.

Y al contrario, este facilitador ve en el estudiante, cuando está realizando un asana y no está relajado, distingue claramente que ese cuerpo, se expresa desde la intención, está en el cuerpo identificado, está en el pensamiento. Notará que ese cuerpo está contraído y se siente pesado, grosero al realizar sus movimientos en las asanas percibirá su brusquedad, no la sutilidad en el cuerpo vacante.

Jean Klein nos decía que a veces por no decir más, se necesitan 30 años de práctica de Yoga, para descubrirlo y ser una preparación para realizar las asanas más etéreas y sutiles. Después de más de 40 años practicándolo, he estado operado varias y un tiempo sin la práctica, mi descubrimiento ha consistido sin proponerme ni saber nada, ni hoy es el día en que ya no puedo realizar algunas poses, y haber perdido la elasticidad de mi cuerpo bastante, que he contactado con este cuerpo sutil, energético, de vacuidad, de vibración y de sentir en las emociones el fondo de esa tranquilidad de Ser.

En la práctica del Yoga, esto no se constatará, mientras en las asanas pretendamos ser los autores de las posturas efectuadas y de la acción, lo que sería desde el ego, lo que suele contestar Èric cuando le preguntan ¿qué es el Yoga?, es realizarlo sin proyecto, es decir, estar sin proyección. La sensibilidad en el cuerpo en su globalidad, es un darse cuenta de este no-proyecto, es decir lo que sería sin el ego, el autor personal. El Yoga es un arte que no aporta nada, sino nace desde el presente, de ese no-proyecto en cada instante. Èric: “sentir que el cuerpo vive en una restricción es una experiencia magnífica”. El Yoga debe consistir desde mi prisma en el descubrimiento de estas restricciones o carencias, tanto físicas como psíquicas de ansiedad, miedo, sufrimiento etc. Lo que sería el conocimiento de Si mismo, a través de la realización de las posturas del Yoga.

Es conocer al cuerpo para después olvidarlo, quedando solo la vibración vacante de lo Sagrado. Hay que ser capaz de realizar la pose sin hacerla, hay que olvidar todo para esperar sin esperar nada. Klein recalcaba: “que el cuerpo tiene una memoria orgánica de Paz”. El arte de este Yoga es dejar hacer, es una actitud abierta de “yo no sé” donde el cuerpo es un habitante, un santuario de lo Eterno.

Este estilo de Yoga va hacia una integración corporal desde lo espiritual, espiritualiza al cuerpo dando corporalidad al espíritu. No se limita como muchos Yogas nuevos y conservadores, a una especie de gesticulación repetitiva, gimnastica y floritura de posturitas, de contorsionista etc. El Yoga-Cachemira da mayor hincapié a lo psíquico y espiritual, que a la limitación exclusiva y dividida de lo físico, pero tiene una corriente vibratoria muy propia de sí mismo, no separándole de lo físico; sino formando una igualdad con lo Sagrado. Éric; "todo Yoga que es intencionado es gimnasia"

El Yoga-Cachemira destaca por ser original, espontáneo y a veces sorprendente, está determinado como un impulso imprevisto e instantáneo de adhesión con el Universo, semejante a su propio cuerpo, a una expansión de su propia Energía (Shakti).

El cuerpo es el mundo perceptible, es un asombro continuo de vacuidad. Todo lo que uno ve es su cuerpo, el Tantra nos indica que el cuerpo es el templo de Dios, no existe diferencia alguna entre el cuerpo y lo Divino. La Energía (Shakti) produce el cuerpo libre, sutil, en la unión con la Consciencia (Shiva). La postura (asana) constituye esa misma potencia con la Energía. Inconscientemente separamos el cuerpo, de su creación Universal, lo que es la Consciencia, Dios.

En la práctica corporal de las asanas, Éric en sus seminarios persiste dando importancia a estas dos herramientas: 1º el ser conscientes y saber dejar continuamente el peso del cuerpo depositado en el contacto con el suelo y 2º si el cuerpo se deposita totalmente en la superficie del suelo, no aparecerá duro; al contrario, si la dureza del suelo aparece en mí esta es mi resistencia psíquica, no pertenece al suelo, pues el suelo no es duro es mi resistencia.

A mi todo esto que nos cuestiona Éric, me hizo y me hace recapacitar: ¿qué hago conmigo mismo a través del Yoga?, ¿cómo me vivo? y ¿hacia dónde estamos reconduciendo el Yoga?, ¿hay intención, esfuerzo, autor de yo-persona? Este es uno de los motivos por los que escribo esto: el de crear debate y trasformación positiva dentro del Yoga y nuestra vida. El Yoga-Cachemir pone mayor hincapié en purificar lo psíquico y apuntar hacía nuestra naturaleza de Ser, que en la limitación exclusiva y dual de lo físico, pero tiene una corriente vibratoria muy propia de sí mismo, no separándolo de lo físico; sino formando una no-dualidad con lo Sagrado.

Las emociones proceden del Silencio. Estaremos condicionados por las emociones, si no sentimos la sensibilidad del cuerpo. Si no siento el cuerpo, seré como un objeto identificado con mi propio cuerpo. En un cuerpo totalmente relajado, un facilitador presencia como este cuerpo está compuesto por bloqueos, resistencias y tensiones, que nos impiden observar la sensibilidad de las zonas físicas y las carencias psíquicas, al sentirlas nos conducirán a la tranquilidad de Ser Silencio.

Y al contrario, este facilitador ve en el estudiante, cuando está realizando un asana y no está relajado, distingue claramente que ese cuerpo, se expresa desde la intención, está en el cuerpo identificado, está en el pensamiento. Notará que ese cuerpo está contraído y se siente pesado, grosero al realizar sus movimientos en las asanas percibirá su brusquedad, no la sutilidad en el cuerpo vacante.

Jean Klein nos decía que a veces se necesitan 30 años de práctica de Yoga, por no decir más, para descubrir este cuerpo vacio, sutil, sin peso y desde ahí realizar las asanas, de una forma más etérea y sutil. Después de más de 40 años practicándolo, y después de sufrir varias operaciones, y estar un tiempo sin la práctica, hoy es el día en que ya no puedo realizar algunas poses, y he perdido bastante la elasticidad de mi cuerpo. A pesar de todo sin proponerme, ni saber nada, mi descubrimiento ha consistido en que he contactado con este cuerpo sutil, energético, de vacuidad, de vibración y de sentir en las emociones el fondo de esa tranquilidad de Ser.

En la práctica del Yoga, esto no se constatará, mientras en las asanas pretendamos ser los autores de las posturas efectuadas y de la acción, lo que sería desde el ego. Cuando a Èric le preguntan ¿qué es el Yoga?, lo que suele contestar es realizarlo sin proyecto, es decir, estar sin proyección, sin el ego. La sensibilidad del cuerpo en su globalidad, es un darse cuenta de este no-proyecto, lo que sería sin el ego, el autor personal.

El Yoga es un arte que no aportara nada, si no nace desde el presente, de ese no-proyecto y en cada instante. Èric: “sentir que el cuerpo vive en una restricción es una experiencia magnífica”. El Yoga debe consistir desde mi prisma en el descubrimiento de estas restricciones o carencias, tanto físicas como psíquicas de ansiedad, miedo, sufrimiento etc. Lo que sería el conocimiento de Si mismo, a través de la realización de las posturas del Yoga.

Entre los estilos de los Yogas nuevos que van apareciendo en el mercado, algunos de ellos con objetivos e intenciones, de enseñar y expandir todos los beneficios físicos, psíquicos y espirituales del Yoga, como lo hacen la mayoría de las escuelas de Yoga serias. En cambio, también están apareciendo otros Yogas con objetivos meramente de obtener dinero y vivir del Yoga. Ya que el Yoga hoy día vende, está de moda el posmodernismo físico que cura todo y que es alimento para el ego y su bolsillo, llegando a tergiversar y desvirtuar la verdadera esencia del Yoga. Me parece que este hecho se debe tener en consideración, pues según mi impresión y la de muchos otros, va incrementándose y los estudiantes deberían saberlo, si es que continúa caminando en esta línea errónea.

Klein afirmaba que con esto mencionado arriba, en cierto modo uno se está agrediendo al mismo cuerpo, refiriéndose al cuerpo energético, vivo y sutil. A mi entender de esta agresión que menciona Klein y que todos llevamos un poco o mucho de ella, es la que tenemos que sentirla y aprender de ella para traspasarla. El Tantra del Shivaísmo Cachemir se siente cómodo con todas las culturas, sistemas filosóficos y con todos que practican Yoga, en el Yoga de Cachemira es lo que le denominamos la disponibilidad. Lo que se presenta aquí proviene de una evidencia sin forma, ni precedente, aunque pueda parecer contraria a ciertos sistemas y escuelas de Yoga, no lo es.

Algunos de sus cuestionamientos dan la impresión de remover nuestra parte emocional, sintiéndonos heridos y dejándonos sin referencias, rompiendo nuestros esquemas y hábitos, dejándonos desnudos, provocándonos cierto conflicto aparente, donde reaparecen las carencias psíquicas. Esto es para debatirlo, ser conscientes, ver juntos cómo y por qué se presentan, estas incomodidades en cada uno de nosotros: no será que esto sea para vernos que Somos realmente sin nada, sin nuestras carencias, sin ningún agarre a los apegos.

Son las aparentes diferencias y antagonismos, contrariedades o conflictos lo que se trasmutan en el origen de la madurez y es lo que nos hace crecer, aprender. El camino necesario para completar esta comprensión: es la atención a la sensación y la escucha al sentir.

¿Qué es el Yoga?, ¿Qué está sucediendo, qué estamos haciendo con el Yoga?

A Klein no se le escuchaba, ni parecía gustarle ya mucho el término de la palabra Yoga, le brotaba más llamarle: “el trabajo de sensibilización corporal y global”. Tengo la impresión de que Klein llamaba así a lo que hacía, por lo que en aquel momento se estaba realizando con el yoga, cambiándolo y tergiversándolo, convirtiéndose en algo meramente dualista.

Algo así como la unión del yo-individual, con el supuesto yo-universal, concepto que sigue siendo Dual, al menos desde el enfoque No-dual del Yoga-Cachemira. Nisargadatta, lo mismo que Klein y el propio Krishnamurti también se preguntaban: “¿porqué buscáis el Yoga?, ¿a quién queréis uniros?, ¿antes no deberíais descubrir, porque se ha producido la separación de dualidad ficticia? Etc.”

Esto debería servirnos para plantearnos y cuestionarnos: ¿si no tenemos nada que unir, a donde estamos llevando y orientando el Yoga en general, si todo ya permanece unido de por Si?, ¿Nos estaremos desviando de su esencia?, ¿no estamos malgastando demasiado el Yoga es unir y unir, pero qué?

El Yoga-Cachemira mantiene ya de entrada, que se inicia por lo Último. Aunque esto cueste discernir y arrancar por lo Último es iniciarse: por la Conciencia (Shiva). Sostiene que solo el principio Último fundamental es la Unidad de Ser, donde no existe-Dual, ni necesidad de Unidad, es muy importante tomar nota de ello. ¿Entonces que hay que unir?

Para tomar nota clara de lo qué es el sendero del Yoga-Cachemira, debería comprenderse y practicarse tal como lo revelan los textos del Vijñana Bhairava Tantra. Se precisa e invita a vivirse en el No-apego, ni en el yo-personal psíquico, es vivirse vacios, limpios de las sombras del inconsciente, de las formas sensoriales y del pensamiento, el ego. Es decir desenvolverse con discernimiento (viveka) o visión directa de la Inteligencia, la Conciencia (Shiva).

Entonces la Conciencia se descubre a Sí Misma, que todos Somos Ser, en este instante se inicia uno en el verdadero Yoga, sea cual sea su nombre, mucho más profundo, donde ya no se realiza Yoga para Ser; sino porque Soy realizo el Yoga y esto es una ceremonia de celebración de Ser, de Alegría. No es un mero medio de técnicas ni de reglas.

Durante muchos años veía como el Yoga me iba cambiando, o yo iba cambiando en el Yoga, años después de conocer el Yoga-Cachemira con Klein, aunque se fue cambiando en mayor profundidad, pero hasta hace poco seguí realizando el Yoga para Ser (pleno, vivir en lo Eterno, Divino etc.). Hasta que hace poco ha surgido no un cambio; sino una trasformación de algo que ya lo intuía, pero no lo comprendía del todo, que ha significado un vivirme diferente, al menos por instantes.

Donde me he sentido acogido por un Silencio, un vacio al realizar Yoga y estar presente en Silencio, inclusive en lo cotidiano. Ha sido al darme claramente cuenta que no era realizar el Yoga para Ser; sino que porque Soy realizo Yoga. Aquí el Yoga, no solo cambia como sucede en las primeras etapas, años; más bien te trasmuta en un Silencio de fondo haciendo Yoga, no solo en el hacerlo, también en el gozo de ir al retrete.

Antes eran experiencias de lo Supremo, del Silencio, que tenía yo, ahora se está trasformando, como al revés y es el propio Silencio el que me tiene a mí, es decir porque Soy hago Yoga. Es una visión alerta de porque Soy hago, todo en lo que me da la vida (fregar, beber etc.). Llega un momento en la que esta actitud y esencia se va encajando, correspondiendo con lo que es el Yoga-Cachemira y el Shivaismo No-Dual. El apuntar hacia este enfoque que reflejo, quizás pueda servirnos de algo, para ver lo que está sucediendo con el Yoga y lo que estamos haciendo del Yoga.

¿Porqué el Yoga de Cachemira es tan desconocido y de minorías?

Está línea o vía directa de Yoga, como vamos observando, parece abordarse al revés, a la inversa o por lo Último. En las líneas progresivas del Yoga, se coloca el énfasis en la disciplina y sus métodos voluntarios.

Se da mayor importancia a normativas, a escalas, que a la observación y la escucha de la Verdad, quizás sea eso, por eso que es de minorías y muy desconocido. Antonio Blay así lo confirmaba: que era de inmensa minoría, y ya lo anunciaba (año 1960) que se estaba tergiversando enormemente, como una moda más.

En esta vía no se vive la volición (voluntad). Utilizo a Klein de nuevo: “no hay más que escucha sin presión”. No hay evolución, progresión. No hay que llegar a SER lo que ya SOMOS, es imposible tan solo es posible descubrirlo, observarlo y vivirlo, por eso es tan arduo en su iniciación, por eso este Yoga solo llega a las minorías y es tan desconocido. No hay que buscar la Unidad en el Yoga que ya Somos.

Una de las motivaciones de escribir esto, es la de que se reconozca un poco más el Yoga- Cachemira, siendo consciente que este enfoque es sobre todo para los que sientan, el genuino anhelo por la Verdad. Se dirige a los seres de indudable intuición, espiritualidad y de impulso hacia la esencia del Yoga. Pero tampoco es decir un si fácilmente con la mente, es comprenderlo en la vivencia; si no seguirá siendo muy complejo.

La propuesta de este Yoga desconocido y de minorías, no conlleva la intención de relajarse, concentrarse, ni la pretensión de obtener objetos u objetivos; sino simplemente estar cómodos observando, que lo que sea venga a Ti y que no vayas tú a por ello. Me he dado cuenta, que casi todas las escuelas de Yoga insisten mucho más, en enseñarlo a cómo hacerlo y a veces de cualquier manera; más que desde la actitud desde donde hacerlo de una manera siempre viva y nueva.

En el Yoga desde la perspectiva más Advaita No-Dual, no puedes esperar a que Dios llegue a ti y te diga un buen día lejano, de no se sabe en qué vida: que “Yo Soy”. Tienes que saber que Dios sopla en ti desde el comienzo, esto es cuando se indica, se quiere decir que empieza al revés, por lo Último de lo habitual y lo conocido.

Me parece que tanto en el Shivaismo, el Tantra o este Yoga-Cachemira Advaita No-Dual, es ineludible el ser dignos, de Ser antes solicitados, lo que supone tener mucha disponibilidad, que es sentir la necesidad del Conocimiento de Ser uno con la Conciencia. Entonces no recurras tú al Yoga, permite que el Yoga acuda, te secuestre a ti, lo que es constatar sin intencionalidad, ¿por eso es tan desconocido, de minorías?


¿Por qué el Yoga del Shivaismo Cachemir?

Porque trata sobre la receptividad de las carencias, los traumas psíquicos que casi todos tenemos y nos enseña a aprender a vivir con ellos a través de la sensibilidad del cuerpo, lo que de entrada ya choca con los planteamientos y visiones de otras escuelas de Yoga, que normalmente evitan sentirlos. Lo que propone el Yoga del Shivaísmo Cachemir es la constatación de estos conflictos psíquicos en el plano sensorial, del sentir el cuerpo y las emociones siempre que estas aparezcan en el presente. El sentir es un presente, no es un pensamiento, una conceptualización. Este estilo de Yoga me impactó porque afronta directamente el dolor y el sufrimiento, sintiéndolo en su realidad, entregándose a él, para liberarse y que ese dolor de ese instante, era mi pasión para redescubrirme en él.

Uno de los facilitadores, que vive este Yoga en estos momentos y de esta manera es Èric Baret (al que citaré bastante) y expone en relación a lo escrito arriba: “el yoga en el sentido Cachemir, sólo se practica para dejar subir en nosotros esos tesoros, estas emociones”, refiriéndose a las carencias psíquicas.

El Shivaísmo de Cachemira tiene un espacio plenamente específico dentro de las doctrinas espirituales, siendo muy flexible dentro de la línea del Tantra que abarca y está en todos los Yogas, según Èric: “el tantrismo es la expresión de la no-dualidad en la vida cotidiana, es el arte de celebrar lo último en la vida diaria, de reconocer la majestad de la vida en todas sus expresiones.”

Detrás de las emociones está la tranquilidad de Ser, al ser conscientes de las tensiones del cuerpo nos trasladan y nos dejan en la verdadera relajación y tranquilidad de Ser. En la perspectiva de nuestro mundo del Yoga, las tensiones, carencias psíquicas y sobre todo las emociones se rechazan, se tienen poco en cuenta, dejándose un tanto de lado. Esto me impactó mucho cuando se lo escuche a Èric Baret, no es algo que lo diga yo; también lo exploré bastante con Antonio Blay, luego lo comprobé a través de mi propia vivencia, por lo que me atrajo al descubrirlo, tal como lo presentaba Jean Klein y el Tantra del Yoga Shivaísta no-dual.

En el Shivaísmo Cachemir, la vida cotidiana, sus emociones en cada instante son la última tranquilidad de Ser. Èric nos dice: “regresar a este sentir, humildemente, simplemente, te darás cuenta de que es lo más elevado que hay”. Se necesita cierto discernimiento para comprender esto a fondo; incluso estando triste, puedes ser amor con tu sentir. Cuanto más sientas en tu parte psíquica tristeza o miedo, más te separas, te liberas de estos elementos de carencias. Sentir es la no-dualidad en el Shivaísmo Cachemir.

El miedo nos produce la violencia como defensa, ambos son el origen del pensamiento y la agitación como defensas del ego, de nuestra imagen personal. En el sentir no existe fluctuación mental, ni pensamiento, tampoco el miedo ni la violencia. Esto me parece de una exquisitez fabulosa, que no se toca en mi opinión lo suficiente en el Yoga normalmente. Lo sabemos mentalmente, pero ¿lo sentimos del todo a fondo? No puedo sentir y pensar a la vez.

Continuamos con Éric: “para ver con claridad, es preciso sentir corporalmente, sin justificación, sin crítica”. Es sentir y permitirse vivir a fondo la vibración, abandonando la idea, los pensamientos, de cómo debería suceder, o de que no hubiera tenido que suceder nunca. Para eso está la escucha y el observar las tensiones, las zonas del cuerpo, en donde se producen. Esta sensación así quedara libre al expandirla por todo el cuerpo.

Hay algo interesante de Éric en base a esto: “cuando alguien te pide que le ayudes a resolver un problema, si le dices comienza a sentir el hueco de tu mano, no volverá”. Es lo que suele ocurrir bastante, cuando a muchos les propones este sentir el vacio a través de la mano, más profundo y serio, para afrontar sus conflictos personales y psíquicos, te contestan que ellos no desean tocar nada de eso, que no quieren complicarse en esas cuestiones, esto indica que no tienen la pasión del Yoga necesaria. A lo que les respondo, pues muy bien entonces acude a otros centros de yoga, donde tratan mucho más lo físico y un poco más del Yoga en su iniciación. Si es que así lo sientes, si al menos por ahora ves claro que no es tu momento, con todos los respetos tienes que ser fiel con tu presente y tus sensaciones.

Éric: “sentir la emoción es descubrir la belleza en el miedo, el sufrimiento, la ansiedad”. Tantas veces recurrimos a lo espiritual como escape, en lugar de encarar directamente las carencias, huyendo y rechazando nuestra Esencia. Entonces el cuerpo está para explorar en que zonas sientes esas tensiones de miedo. Cuando lo sientes no estás en el miedo; sí cuando lo piensas. Pero tampoco es cuestión según la tradición de Shivaísmo Cachemir, de pretender sentir y sentir más, sino en ser conscientes de que no sentimos. La sensibilidad aparece en todo el cuerpo, en el instante de tomar conciencia de que no sentimos.

Èric plantea que:usted practica Yoga porque ha comprendido algo, no lo hace con el fin de comprender algo”. Esto es lo que le diferencia al Shivaísmo Cachemir, de casi todos los demás enfoques de Yoga. Si existe fin u objetivo hay ego, autor personal y con esto no quiero decir que es el único, el mejor, sino que los otros Yogas también pueden apuntar y apuntan hacia lo mismo, desde otras perspectivas. A algunas personas estas escuelas o doctrinas de Yoga diferentes, incluso les puede ir mejor que este Yoga de Cachemira, que están a su medida y en su momento son correctas. Aquí está la belleza de la expresión a través de la pluralidad, del Amor en la vida, lo que compartimos para aprender unos de otros.

Todo lo que aparece en la observación nos concierne, no como algo del yo-personal, de lo psicológico, sino interiormente todo lo que se presenta en la observación es nuestra reverberación, nada nos resulta improcedente. Esto es el tantrismo, el permitirse ser llevado a la esencia de Ser por cada emoción, enseguida de ser sentida, no pensada desde la imagen personal, el ego.

Todo esto es el Bhakti-Yoga en el tantrismo, donde se deja sentir lo Sagrado en una devoción, lo que es el agradecimiento, la emoción, es lo más íntimo, es la ceremonia y la alabanza de vivir lo Divino. Según Éric: “lo esencial es bhava, emoción íntima, emoción de ver nuestra tranquilidad en las situaciones. En un momento dado uno se da cuenta de que no tiene necesidad de amar, como tampoco de ser amado. ¿Qué permanece? Queda el sentimiento de Amor, esta comunión que tenemos entre los seres y que no es direccional.” Que interesante es lo que ilustra la emoción de ver esta tranquilidad de Ser, en cada situación de nuestra vida y en cada instante.

La técnica, la disciplina no ha tenido mucha sabiduría específica de Ser, en el Shivaísmo de Cachemira. Su origen es más comprensivo, más inclusivo, en la integración con el vivir la vida cotidiana, en la relación, en lo social, en la familia, el arte, su belleza. No tanto en ser asceta, en el celibato, encerrarse en una cueva, llevar una vida monástica, que va más acorde con el enfoque Vedanta, más exclusivo, no tiene tanto en cuenta el cuerpo, el sentir, ni la mente; es más el Conocedor, de todo ello. El Shivaímo Cachemir no-dual añade, que uno es igualmente todo lo Conocido, y todo lo conocido está en el Conocedor, incluido el sentir. Ambas formas, tanto el Vedanta como el Shivaismo de Cachemira, aunque distintas, nos llevan y apuntan a lo mismo, al encuentro con la Conciencia.

El Yoga de Cachemira pasa de escuchar a ser escucha, de mirar a ser mirada y esto requiere una gran sensibilidad, afirma Èric. En el simple estiramiento de las asanas (posturas), aparece enseguida la sensación de vacío corporal, una vibración, que nos lleva a veces a la inseguridad, esos instantes son muy importantes para atravesar las barreras de las tensiones del ego y liberarse de ellas. Es la seguridad máxima.

Tal como siento el Yoga, éste debería ser una gran herramienta de trasformación de los conceptos, de los pensamientos en sensibilidad, en sentirnos, es decir en vivir las emociones dentro del Yoga y en la vida cotidiana. Me parece y puedo estar equivocado, pero me da la impresión y realizando una crítica totalmente constructiva, que la mayoría de los Yogas de hoy en día, donde incluyo el que practico, tenemos esto muy poco en cuenta y deberíamos aprender, mirarlo más profunda y seriamente, si dentro del Yoga en general, nos servimos lo suficiente del sentir y de las emociones.

Lo que a lo mejor requiere que debamos dar un salto, un paso más adelante en nuestro crecimiento, madurez. Lo que sería un darnos cuenta de las restricciones de la mente, del pensamiento, para así ampliar nuestro campo de Conciencia. Tendríamos que vivir hoy en nuestra sociedad más según el sentir, seamos yoguis, artistas, albañiles o médicos, porque esto es la entrada al verdadero Amor. Me parece algo maravilloso, observarlo en esta orientación con claridad, no solo intelectualmente y vuelvo de nuevo a Éric: “debemos verlo de manera viva, sentirlo. No soy miedoso, ni estoy triste, no tengo miedo ni tristeza; sino que siento el miedo, la tristeza”. Esta visión y comprensión nos irá trasformando.

Al sentir esta visión yo no estoy, soy el miedo, la tristeza, sufrimiento etc. uno ya no tiene nada de ello, sino que todo ello está en mí sentir y todo cambia, es totalmente diferente como se vive, uno va quedando disponible, vacio. Es una invitación a explorarlo en cada uno y ver si esto es así o no. El Tantra Shivaísta atestigua que en la vida sólo hay emoción. Uno es consciente de que no es, no está en la emoción, sino que la emoción está en mí, comprender esto es de vital importancia y puede costar años y años el que sea vivencial. Se da solo cuando las carencias de tristeza, la depresión y demás, se viven del todo en mí, pero no estoy triste, depresivo, tan solo lo siento.

Es sólo cuando siento la verdadera tristeza a fondo, que me encuentro siendo la Alegría; es nuestra liberación del inconsciente psicológico. Sentir no es nada psicológico, la sensación es algo extraordinario, el sentir es no-dual.

similitudes

Similitudes, diferencias de los enfoques con el Raja-Yoga y el Jñana- Yoga

El Yoga-Cachemira diría o me atrevería a insinuar, que incluso es bastante diferente de los Yogas clásicos y del propio Raja-Yoga (Yoga de la mente) expuesto, por Patanjali en el famoso Yoga-Sutra. El Raja-Yoga reposa en un cierto fondo dualista y en el ideal de la unión; en la que el Yoga-Cachemira es ajena, parte de lo No-dual, pues no hay nada que unir, no prioriza la disciplina, ni las metodologías.

Aparte de que a la vez de dualista, el Raja-Yoga de Patanjali es voluntarista, progresivo, de ir por etapas. Es bastante diferente al enfoque que muestra Krishnamurti del mismo Raja-Yoga, como veremos al final de esta exposición.

El mismo Abhinavagupta el creador de los hermosos escritos del Tantraloka, del Shivaismo No-Dual Tántrico explica con precisión y claridad: “que los ocho miembros o pasos (Angas) del Yoga- clásico de Patanjali o Raja-Yoga no tienen desde la perspectiva de la No-dualidad mucha utilidad”. En mi opinión esto no quiere decir que desde otros ángulos, o puntos de vista diferentes, no sean del todo de ninguna utilidad, pero si me parece de cierta limitación.

Estos Angas o pasos sigue comentando Abhinavagupta: “que en cuanto a las disciplinas de los Yamas (restricciones a eliminar), Niyamas (reglas espirituales a ejercitar) los Asanas (posturas) y los Pranayamas (ejercicios del aliento), el Pratyahara, (la observación o retracción del pensamiento y de los órganos sensoriales), el Dharana (la concentración) y Dhyana (la meditación), no dejan de ser en cierta medida, una expresión, una revelación de un despliegue un tanto exterior, artificial de no revelar la verdadera liberación”.

Abhinavagupta continúa con mayor amplitud cuestionando, estos ocho pasos: “La Concentración (Dharana) consiste, en ligar el pensamiento a un objeto y la Meditación (Dhyana), en la continuidad sin variación del conocimiento relativo a ese objeto. Casi siempre en la concentración la observación se dirige a los objetos”. Es decir, que todavía se continúa atado e identificado a los objetos. En cambio, en el Advaita No-Dual del Yoga-Cachemira los objetos aparecen en la Observación.

Esta es mi percepción: no es que lo que expone Patanjali no pueda completar el descubrimiento, de la Realidad Absoluta o Samadhi, simplemente que su forma era progresista, de psicología transpersonal procedente del enfoque Sankhya. Pero, en los Yogasutras de Patanjali apenas se menciona el Discernimiento (Viveka), en casi todos los ocho pasos y esto qué echo en falta.

Abhinavagupta explica: “que el Samadhi (Supremo) debería ser la No-Dualidad, que es cuando realmente aparece, justo al desaparecer la dualidad sujeto-objeto”. Resumiéndolo a mi manera: me da la impresión que lo quiere expresar Abhinavagupta, es que en estos tres medios del enfoque de Patanjali: Observación o retracción, Concentración y Meditación no son del todo provechosos para descubrir la Suprema Conciencia.

Y propone como el medio esencial el discernimiento (viveka) y la No-dualidad. J. Klein también lo ratificaba, que la Meditación sobre algo nos conduce a la fijación, la atención no es concentrada, ni periférica, es sin Dualidad.

Bueno, en mi opinión estos planteamientos nos deberían de servir, para cuestionarnos de que también se puede utilizar, lo que nos expone Abhinavagupta de otra forma, en la que sea: partiendo desde lo que es lo Dual, pero siempre apuntando a lo No-Dual. Indicando que caben otras posibilidades de puentes, no tan radicales como lo exhibido aquí, en este párrafo anterior. Repito a mi parecer, con fin de crear debate, cuestionamientos y comprensión, no separación o divisiones.

Para terminar el mismo Abhinavagupta nos aclara, que es verdad, que estos Angas o pasos del Yoga-clásico de Patanjali no nos revelan la Conciencia, pero si eliminan los obstáculos de dispersión, así como de la respiración y del pensamiento. Añadiendo que el Tantra particularmente (según mi visión), se abre a todos los demás enfoques para la práctica del pranayama, asanas. Conciliando lo que es espontáneo y directo de lo que es gradual o progresivo.

En el sloka 200 del Tantraloka tratado cuarto del Saktopaya, afirma Abhinavagupta textualmente: “Cuando un yogui sumergido en la Energía (Bhairavi) ha bebido, sobreabundantemente el vino supremo de Bhairava (Conciencia) y que se tambalea de ebriedad, cualquiera que sea la posición del cuerpo, he aquí en verdad, la postura (asana) mística o mudra”. Mostrando así su positividad y un mayor hueco de crear lazos entre el Tantra y el Raja-Yoga.

Lo que si voy teniendo en cuenta que al ser Conciencia de Sí Mismo, uno se ama, se libera más a sí mismo y a los demás, más que por el control y muchas disciplinas de las poses (asanas) y el aliento (pranayama). Quizás en el Raja-Yoga no plantee ni uno se libere del todo de la imagen personal o ego, pero si me parece interesante el mirarlo porque sirve como apertura, para purificar esa imagen del yo.

Cambiando de tema sobre la relación, de similitudes del Yoga-Cachemira con el Jñana-Yoga. Aparece ya el Rig-Veda (uno de los cuatro Vedas o escrituras más antiguas de alabanzas a los Dioses) que algunos sitúan 2000 años A.C.

Aparte de ello muchos investigadores competentes han descubierto, está similitud con el Jñana-Yoga en el Yoga-Cachemira. El Jñana-Yoga es el sendero de la Sabiduría, del discernimiento y es el que se corresponde más con la No-Dualidad, es un Yoga que incluye; nada excluyente. En realidad de lo que conozco, tiene bastante paralelismo, al menos mucho más que los otros senderos Karma-Yoga, Hatha-Yoga, Raja-Yoga etc.

El Jñana-Yoga asimismo plantea el abandono de lo que No Es (cuerpo, emociones, apegos etc.) y diseña igualmente la realización a través del Conocimiento de la Verdad. A. Blay denominaba al Jñana-Yoga como el Yoga más elevado de los Yogas y de los más dificultosos, en el que se percibe de inmediato que no existe más que una única Verdad.

El Jñana-Yoga está creado especialmente para personas, en las que predomina el aspecto mental de saber discernir, que es necesario tener con anterioridad una mente bien dotada. Por ello Blay lo definía al igual que el Yoga-Cachemira, como el Yoga de las minorías. Existe una magnífica ilustración de lo que es el Jñana-Yoga y el jñani: “Oye lo que no se dice y ve en la penumbra”. Casi nada, es como decir: que lo que se oye solo puede ser en el Silencio, y lo que se ve en la máxima obscuridad o sombras.

Krishnamurti cuestionando el Yoga

También Krishnamurti no era muy partidario, de los Yogas clásicos, tal como se impartían en su día. Era muy crítico y lo cuestionaba casi todo, sobre las tradiciones, los maestros; si no se pasaba por la vivencia real en Uno mismo.

Nos anunciaba que en la práctica del Yoga, en la India se estaba enseñando y educando lo que ya: (palabras textuales) “en el siglo XVII y XVIII se estaba inventando, por un grupo que querían poderes ocultos, a través del control, de forzar”. Con esto me parece que no se refiere, a que también el Yoga no pueda ser una herramienta, que apunte desde la observación, sin el control ni el esfuerzo.

Krishnamurti: “A través de una dirección este grupo o persona decían, que podemos despertar percepciones extrasensoriales, pero solo un Yoga, llamado Raja-Yoga que no tiene una práctica, no hay ejercicios en la cual hay integridad, este es el verdadero Yoga, no todas esas cosas con las que juegan”. Aquí se ve con claridad la diferencia de enfoque del Raja-Yoga entre Patanjali y Krishnamurti.

Esto a mí me hace plantearme alguna pregunta para cuestionarlo: ¿y no puede realmente las asanas, respiraciones y demás, realizarse desde esa integridad de la que él mismo propone?, ¿no quiere decir con esto que la integridad del ser humano, no está en los ejercicios, sino que está más allá de ellos?, ¿no puede ser que desde lo que Soy realizo el Yoga y todo lo demás?, ¿no es interesante cuestionarnos esto más profundamente?

Él dice que los Yogas se basan en el control o concentración (centro), y pregunto para crear debate: ¿no puede ser practicado nuevo cada vez, espontáneo del instante, del vacío de imagen personal, sin ego, sin repetición?

Krishnamurti sigue testificando: “incluso el Zen se hace torpe si se ejecuta como técnicas y disciplinas repetitivas”. Desde luego al realizarlo así uno se vive cansado, saturado, asqueado de tanto repetir y no conduce a nada.

Continua: “estos gurús les dan mantras, yoga para llegar a ser algo, cuando el significado de Mantra “Man”, “Tra” en dos palabras separadas es: “Man” es meditar, escuchar con atención, meditar sobre no llegar a ser nada, ni nadie, es ocuparse de no llegar a ser”. Y el “Tra” significa eliminar toda la actividad egocéntrica”.

Según mi visión de esto que nos señala Krishnamurti, Mantra quiere decir simplificándolo: Meditar, ocuparse de no llegar a ser nada, lo que significa la observación sin el ego. Esto aquí en el Yoga muchas veces lo interpretamos y trasmitimos, como el querer llegar a alcanzar, conseguir, estar bien, lo que sigue siendo el ego etc.

Nos debemos preguntar seriamente y con profundidad, en que estamos convirtiendo al Yoga y el mismo Mantra, que ya tampoco tienen que ver con su esencia. El Yoga debería ser el darse cuenta, de cuando estamos actuando desde la imagen del yo, el ego. Sigue Krishnamurti: “¡miren a lo que lo han reducido y si uno comprende, esto en todo sistema de Yoga le llega a su fin, se acabo!”. Es decir, según lo entiendo se purificara él, y el Yoga.

Krishnamurti utiliza términos y palabras incluidas de la misma característica, que en el Yoga-Cachemira, por ejemplo en cuanto al vacío, la vibración de la Energía Shakti señalando: “fuera de este yo- personal el Yoga es cuando la mente está vacía. El vacio está lleno de Energía, ninguna cosa creada por el pensamiento y esto no podrán saberlo sino; a menos que lo prueben, lo profundicen o será un montón de palabras huecas”.

Lo que sería tal como lo comprendo establecerse en lo básico, la mente sin nada, libre, vacía, es decir, sin ego. Lo que según Krishnamurti nos ofrece una recomendación, en la que el profesor o facilitador de Yoga no debería partir desde las técnicas, ni la imagen personal tal como nos sucede inevitablemente y debería servirnos, para ser más conscientes de ello. Sería más, cómo aprender y comprender del Yoga observando de nuestros conflictos, carencias. Eso es en el vivir cotidiano, no la lucha que existe en esta vida.

No se trata de concentración desde el focalizar. Krishnamurti señala que con esto uno puede seguir en la ilusión, pensando, en el ego. En mi apreciación, no es por consiguiente fomentar que los métodos en el Yoga de las asanas, respiraciones, o de la propia meditación sean meros sistemas. Por tanto seguiremos atrapados hasta que no se haga, se pruebe, se viva por nosotros mismos sin seguidismos infantiles, sin aferrarnos tanto a maestros ni escuelas de Yoga. Al final hay que soltar todo, ser libre y Ser Uno mismo.

Si no, puede convertirse el Yoga en una repetición, una intencionalidad, en la que únicamente estaríamos huyendo continuamente de nosotros mismos. Krisnhamurti señala que entonces se podría llegar a hacer del Yoga, un estado de hipnotización en la fantasía a Si mismo. A pesar de estas supuestas criticas fuertes sobre el Yoga, Krishnamurti en su vejez seguía practicándolo, igual que a los 40 años. Por tanto no se puede recoger de manera, de ir en contra sino; todo lo contrario a favor del Yoga. Él comenzaba el día con 45 minutos de asanas y 35 de pranayamas (respiraciones).

En el trabajo corporal Krishnamurti proponía cinco minutos de total inmovilidad en cada asana, no pasar aceleradamente de una pose a otra, sin vivirla en la sensibilización del todo. Apuntaba: “que al principio al hacer Yoga se enseñaba a poca gente, e intervenían otros factores: la meditación, no como lo que se considera ahora en el Yoga, de averiguar qué es la Verdad, del vivir acorde con esa Verdad. Hoy en día se ha convertido en un asunto comercial, donde todos se dedican a enseñarlo”.

El Yoga era en antaño algo que requería mucha atención, auto-observación, recogimiento. Por lo que veo se le da mayor categoría a enseñarlo, hacer y aprender meramente técnicas para los demás, para tener un cuerpo bonito, que a una mayor dedicación a explorarlo consigo mismo. Al Yoga dice Krishnamurti: “le deberían llamar ejercicios, pero eso no les atraería, si quieren ganar dinero. Yo también lo aprendí por expertos que por fortuna no me cobraron nada”.

Sigue Krihnamurti: “dicen en el Yoga del despertar a Kundalini y demás, pero ninguno de ellos ha despertado nada, hablan de ello, han tenido ciertas experiencias y pueden realizarlo el resto de su vida, pero no despertarán la percepción espiritual, ni la Energía Suprema”. Él explicaba haber conocido y estado con maestros muy renombrados, “lo único más importante que han enseñado ha sido el fomentar la Energía para causar daño”. Esto suena un poco fuerte, pero él lo señala rotundamente y lo confirmaba: “créanme lo digo con total veracidad, porque es así y lo afirmo”.

“Evidentemente que si se práctica la respiración, la controlan con disciplina y técnicas, tendrán más Energía. Eso les da una sensación de iluminación y de superioridad”. Este ego personal muchas veces nos sucede a casi todos, incluidos profesores y muchos llamados maestros.

Y termino con Krishnamurti: “si el yo-personal, ego está ausente es el Yoga, sea Kundalini, Raja-yoga o el que sea, entonces surge una Energía diferente, que mantiene la mente fresca nueva”. Vamos, que aquí ocurre todo lo contrario, porque no se actúa desde lo mío, el yo y su imagen personal, es decir desde el egocentrismo, por tanto esa Energía diferente crea un mente de Atención, en cada instante presente.

Despedida de cortesía

Para terminar me parece importante a tener en cuenta, estos comentarios de estos Rishis o sabios, aquí nombrados en sus manifestaciones: (Klein, Krishnamurti, Blay, Abhinavagupta etc.). Para cuestionarnos lo que ya he ido mencionando, sobre todo en cuanto a lo que nos indican como ruta: de hacia dónde vamos con el Yoga en general y para dar a conocer un poco más lo que es, o hacia donde apunta este Yoga-Cachemira.

A la vez presentar las similitudes y diferencias con los demás Yogas que he probado y conozco un poco de Patanjali, Sivananda, Krishnamacharia, Satyananda etc., con el fin de explorarlo y cuestionarlo para descubrir si es así o no, nada más y que asimismo nos ayude discerniéndolo.

El Yoga-Cachemira en mi caso, sobre todo me cautivo con una pasión brutal, porque parece desafiar a casi todas las demás escuelas, enfoques rompiendo con lo tradicional, cuando por otro lado emana de lo más antiguo. Sin con esto querer insinuar por supuesto, nada de ser el único camino y mucho menos el mejor. Para mí lo sustancial es percibirlo esto, en cada uno por Sí mismo, y con total claridad, que nada te puede echar hacia atrás.

Los propios Advaitines No-Duales señalaban que todos los senderos, caminos nos llevan a la Unidad de Conciencia y disolviéndose todos en dicha Unidad quedando en la Nada. Por lo que entiendo lo que sería quedar en la resolución, la valentía de expresarse y afincarse desde lo Sagrado, lo que significa para mí el continuo apuntar, hacia la verdadera espiritualidad y esto es lo que he tratado de mostrar en este Yoga-Cachemira.

Por mi parte lo único que queda es un gran agradecimiento, hacia está sabiduría del Yoga-Cachemira, por sentirme solicitado por ella, como si se trataría de un abrazo Eterno, que acude y nos visita desde el Amor Divino. Asimismo lo ofrezco a todos aquellos que lo lean, o sean bañados por la misma Fuente de lo espiritual.