Yoga Cachemira

Yoga Cachemira

El estilo y enfoque de Yoga que se utiliza aquí es totalmente abierto a todos, suave, sin forzar y sin ninguna prisa, donde en las clases se observa la comprensión de sí mismo y el potencial del ser humano, para después apuntar hacía la unidad con la Realidad o Ser Absoluto. Se descubre la serenidad del fondo, para después poder trasladarla a la vida cotidiana de cada uno, tanto en la acción como en el descanso, en la relación como en el trabajo etc.

¿Qué es el Yoga Cachemira?

El Yoga Cachemira nace algún siglo antes de Cristo, según algunas notificaciones; pero cuando se empieza a reconocer con certeza es en el siglo 7. Proviene de la zona noroeste de la India de Cachemira y pertenece a la antigua tradición del Yoga, del Shivaismo y del Tantra, es decir que tiene más que ver con lo Shivaista (el destructor de lo falso), que con el Vaisnamismo, (Vishnu, (el conservador de lo real), de ahí que se denomine Yoga del Shivaismo Cachemira. El Yoga Cachemira tiene mucha similitud y relación con el Vedanta Advaita, que es una tradición conocida como no-dualista y directa, es decir de visión o realización directa al Ser Absoluto (Brahman).

Es el yoga que utiliza la meditación para instalarse en la comprensión o Realidad de uno mismo. Por esto muchos al Yoga Cachemira también lo definen como el Yoga meditativo. Es bastante desconocido en Occidente.

Pero sobre todo como más se le conoce al Yoga del Shivaismo Cachemira, es en el trabajo corporal de sensibilización, es el Yoga de la sensibilidad. Es vivir en nuestra sensibilidad global corporal y convertirla en nuestro objeto de observación, siempre desde el presente. El Yoga Cachemira establece un diálogo silencioso con el cuerpo transparente o sutil, lo cual nos prepara a estar disponibles a la escucha y a la contemplación, esto sería la sensibilización corporal para el Conocimiento de Si Mismo, donde se produce un soltar, una liberación interior.

La sensibilidad es una expresión de Si Mismo, es con ella que comprendemos todo en la vida. El trabajo corporal en el Yoga Cachemira es solo el arte de "dejar hacer" y esto es un dejarse llevar en las asanas al sentir y observar, es un dejar venir todo lo que aparezca en la observación y desde ahí nos solicita la Realización que no consiste en hacer, sino en soltar, liberarse, sin que intervenga la imagen personal, el ego.

Este Yoga mantiene que es fundamental partir del Principio “el Uno-sin-segundo” y lo Último “la Realidad Absoluta” y que aunque uno este todavía en lo dual, que siempre apunte con su atención hacía ese Ser Absoluto, por eso es el Yoga de la sensibilidad que apunta hacía lo no-dual directamente. La existencia del Yoga Cachemira es conocer nuestro cuerpo como vestidura y manifestación del Ser Absoluto. El Yoga Cachemira no es una vía que requiere creer, es una vía que requiere experimentar, evidenciar, el yoga es una ciencia experimental nueva en cada instante.

Es un Yoga que al principio se hace un poco difícil el comprendedlo, sobre todo para personas que no hayan profundizado mucho en el trabajo de investigación interior, es necesaria cierta madurez y disponibilidad; pero una vez hecha la precisa práctica y experiencia en las asanas, en la atención al presente y el anhelo sincero de lo de la Realidad, uno queda ya listo y preparado para este Yoga Meditativo Cachemira, que es estar unido al presente, vivir el instante, atendiendo siempre desde la atención.

El Cachemira es una propuesta de hacer yoga sin la intención de relajarte, concentrarte, ni pretender nada, simplemente estar cómodos observando y lo que sea venga a ti, no vayas tú a por ello, es decir, no vayas tú al yoga, deja que el yoga venga a ti. En las asanas, del Yoga Cachemir se le da más importancia a la actitud interior, que a las propias asanas. El Yoga de Cachemira es una práctica que por su tradición Shivaista (destructor de lo falso), no hay nada que alcanzar, enseñar, ni nada que adquirir. Afirma que lo único que hay que aprender, es a colocar la actitud correctamente, que consiste en instalarse en la correcta visión, es decir, cómo estar en la observación atento y lúcido en el presente.

Nosotros queremos tenerlo todo controlado y así alimentamos al ego, queremos coger, atrapar, controlar y lo más difícil al final es soltar, es una vía donde no hay nada en que agarrarse, no hay apegos, ni referencias. Normalmente cuando realizamos yoga vamos con la intención de conseguir algo, no vamos con una actitud de alegría por ver, por escuchar. En este estilo de yoga no se da importancia a la imagen personal, no hay nadie que actúa en las asanas, no hay nadie que respira, ni nadie ni nada que meditar, no existe ego sólo hay Conciencia.

¿Para qué es el Yoga Cachemira ?

Es para tomar conciencia de nuestro cuerpo sensible. Lo único que nos concierne es comprender, cuál es la evidencia del cuerpo en el instante presente. Es para que la energía se regule y se armonice, distribuyéndose por todos los canales y centros de energía despertando, elevando la Conciencia y así re-orquestar toda energía dispersa. El trabajo de sensibilidad corporal y su observación debe servir para ver, descubrir los esquemas y condicionamientos de fijación y reacción de las carencias. Entonces el asana consiste en ser capaces de hacer la postura sin hacerla nadie, es una buena oportunidad para ver y conocer lo que nos sucede y porque nos sucede, para discernir de lo falso y descubrir lo Real.

En este Yoga Cachemira no se pretende obtener ni alcanzar ningún resultado, simplemente es para contactar y conocer nuestra verdadera naturaleza, para volver a sintonizar con nuestro Ser natural, del que en su día nos desconectemos. En la mayoría de los Yoga se utiliza casi siempre las posturas, respiraciones y demás técnicas para ir a la meditación, observación de lo que ya Soy, aquí se hace al revés, se va realizando partiendo de que yo Soy, la observación meditativa y que me estoy dando cuenta, de que estoy y que soy Presencia en las posturas, en las respiraciones. Está observación, sensación en la sensibilidad global del cuerpo, es la que se realiza en las posturas, respiraciones y todo en la vida. Se realizan como una celebración, ofrecimiento y expresión de lo Sagrado, de lo que Soy.

Es un Yoga para ser invitado por la belleza de Ser y la expresión del cuerpo es una obra de arte, es una maravilla, en la que todo se une celebrando un festival de Amor y con ello comprendemos que no somos un cuerpo físico, que tiene Conciencia Universal; sino que somos una Conciencia Universal que tiene un cuerpo físico. Está sensibilidad, observación de conciencia del cuerpo, es para sentir, no hay pensamiento y se tiene la percepción de que todas las articulaciones, células se abren y el cuerpo aparece como elástico, sin peso, como si flotase, se expandiese en el espacio creciendo en todas direcciones simultáneamente, no quedándose ya en el sentir o el ver meramente; sino en el que siente, el que ve, en el ¿quién Es?, ¿quién Soy?.

El Yoga Cachemira es para escuchar el cuerpo energético, para despertar las energías sutiles que circulan por el cuerpo, esto quiere decir la integración y el re-orquestar de las energías dispersas, lo que es como espiritualizar el cuerpo, es para conocer nuestro cuerpo como vestidura de Ser. Lo que A. Blay nos afirmaba algo parecido: "que el ser humano no conocerá la verdadera Atención de la Conciencia espiritual, hasta que no se de cuenta que existe una Atención que le tiene a él mismo". Según entiendo sería algo parecido a primero tomar conciencia y conocer el cuerpo, para después desprenderse o liberarse de él, atender a la propia Atención y Ser la Conciencia desde el cuerpo como vestidura de Ser.

¿Cómo se enseña este Yoga Cachemira ?

El Yoga Cachemira no es hacer, más bien es el arte de “dejar hacer” y las herramientas que utiliza, son principalmente:

  1. Asanas o posturas en este enfoque de Yoga Cachemira son prácticas que se realizan suavemente, respetando la elasticidad de cada uno, siempre sin forzar, estando cómodos. Al estirar y relajar los músculos y las articulaciones consciente-mente, se mantienen flexibles, incidiendo y mejorando directamente en todos los sistemas: nervioso, digestivo, circulatorio etc. Se trabaja la verticalidad, el eje axial y central de la columna vertebral, el enraizarse y el contacto con la base, el pisar tierra para así darse cuenta de cuál es el estado global de sensibilidad del cuerpo, los sentimientos y la mente, para finalmente descubrir que no soy el cuerpo, los sentimientos, ni la mente. Es decir, observar y descubrir todo lo que no soy, esto sería actuar y eliminar la ansiedad, angustia, miedos y el estrés, sin hacer nada tan solo mirando con lucidez y quedando lo que Soy.

  2. Pranayamas o respiraciones realizando prácticas para regular la energía dispersa, incorporando e integrando la energía en la mente consciente, y así serenar la agitación de la mente y oxigenar toda la sangre del cuerpo. La respiración es el soporte fisiológico y energético que renueva de prana o energía fresca todo el cuerpo y la mente, para elevarla y despertarla al estado de percepción de la Conciencia Meditativa.

  3. Savasana o relajación realizando prácticas para tomar conciencia de las tensiones, sensaciones físicas y psíquicas, de esta manera la relajación consciente libera las tensiones y descansa el organismo entero en la Conciencia de Ser. Casi todas resistencias que aparecen en el cuerpo son psíquicas.

  4. La atención y la observación realizando prácticas de meditación, tanto en lo dinámico como en lo estático, inmóvil y darme cuenta de: ¿cómo estoy? ¿cómo me siento?, ¿quién soy? etc. Lo importante en todo esto no son las asanas, ni los pranayamas; sino la actitud ante ellos, la atención constante y la observación al instante presente.

Teniendo en cuenta todo esto, si te encuentras en este momento, si deseas iniciarte o profundizar en el Yoga de Cachemira, si quieres probar e investigar lo que es la sensibilización corporal, que es lo mismo que la comprensión de uno mismo y quieres ejercitar la toma de conciencia y la serenidad mental lo que es la Meditación, te hago una invitación a explorar conjuntamente a través del Vedanta Advaita y la enseñanza de Yoga Meditativo de Cachemira .


Algunas cuestiones más, expresadas de otras formas sobre:


¿Qué es el Yoga desde el enfoque Cachemira?

El yoga de Cachemira no pertenece a las vías progresivas, tiene cierta similitud y paralelismo con el Jñana-Yoga (sendero del conocimiento), que se corresponde más a la no-dualidad y la vía directa, más que con el Bhakti-Yoga (sendero devocional), que se corresponde más con la vía progresiva y dual y que con el Hatha-Yoga (sendero de lo físico), que se corresponde más con lo vital y curativo; aunque esto no es para asimilarlo así teóricamente al pie de la letra, porque hay por supuesto excepciones.

El Yoga de Cachemira está más relacionado con el cuerpo causal, para descubrir o apuntar desde el principio, que el cuerpo astral o sutil y el cuerpo físico son manifestaciones de este in-manifestado cuerpo causal, desde este no-dualismo que empieza y sostiene que sólo el principio último es la Conciencia de Ser, o Brahman lo Absoluto. Este Yoga mantiene y dice que es muy importante, partir del principio y lo último Brahman.

Escuchando y dejando hablar al cuerpo en su sensibilidad global, es importante estar en la pose desde el eje, el punto justo de equilibrio y verticalidad, así podemos estar largo tiempo cómodo, atento y lúcido sin moverse, para descubrir que yo no soy el cuerpo, los sentimientos ni la mente, pero primero, antes hay que conocerlos.

En el Yoga Cachemira no es que yo a través de la pose me dé más cuenta y vaya a la contemplación, a lo observatorio, sino que yo me estoy dando cuenta de que estoy en la pose y Soy la observación. Es un trabajo que parte al revés de los otros yogas, es decir que sea la observación y la sensación, en la sensibilidad la que realizan las poses en las asanas.

El Yoga Cachemir se realiza con la percepción abierta, no utiliza el camino de la lógica establecida y va más allá de lo sensorial, de los objetos y las ideas, realizándose como una celebración de lo Eterno, no se hace Yoga para Ser; sino que porque Soy se hace y esto es un ofrecimiento de gratitud, de Ser, no un medio. En la sensibilidad todo es una ofrenda en la que el que escucha es Ser.

En lo que vamos exponiendo hasta ahora se va reflejando, que el Yoga Cachemira en el trabajo de sensibilidad corporal, utiliza los ejes, pilares fundamentales y más importantes: de la “observación” y la “escucha”. Este profundo “escuchar”, que es estar libre de toda interferencia mental, es un despertar hacia este “quien”, hacia esta “conciencia de escucha.” Ese “quien” es el que se da cuenta en el asana, tanto en el movimiento como en lo estático, lo que es para vivir en nuestra sensibilidad global, la expresión de Sí mismo, es con ella que comprendemos que no somos un cuerpo físico que tiene un cuerpo Universal; sino que somos un cuerpo Universal que tiene un cuerpo físico.

Cuando hay observación y conciencia del cuerpo sensible no hay pensamiento y se tiene la sensación de que todas las articulaciones, células se abren y el cuerpo aparece como elástico, transparente y se expandiese en el espacio vibrando en todas sus manifestaciones. Entonces la pregunta fundamental que se plantea en el Yoga Cachemira es la siguiente: “sabemos muchas cosas pero sabemos ¿quién es el que las ve?.

Esta sensibilidad del cuerpo nos hará distinguir: cuando escuchamos desde el personaje como se realiza el asana, desde la convulsión personal, a cuando escuchamos desde la sensibilidad global, del cuerpo energético, donde principalmente es un despertar las energías sutiles que circulan por el cuerpo y esto quiere decir integración, lo que es espiritualizar el cuerpo, para así re-orquestar toda energía dispersa. En las asanas, cuando se está abierto a la sensibilidad del cuerpo, se percibirá que cuando uno esta en lo mental, en su propio mundo pensativo y como ese cuerpo se manifestará convulsiva-mente.

Este es un Yoga de ciertas minorías en actualidad, en este enfoque Cachemira es preciso, necesario antes haberse adiestrado en los demás yogas, como el Hatha-Yoga y principalmente el Raja-Yoga (yoga de la mente y la atención), quedando así preparados para este Yoga de estilo Jñana y su forma de manifestación como lo es el Yoga de Cachemira.

Muchos buscan al principio, es natural, el Yoga para respirar, para estar mejor físicamente, tranquilizar la mente, etc. Me parece que casi todos hemos pasado por esa etapa; pero después hay que comprender que no es para resolver mis problemas meramente, sino que va más allá de todo esto, a lo que va esencialmente todo Yoga genuino: a la necesidad y el anhelo de la Verdad a lo Absoluto.

La práctica del Yoga en el principiante es voluntariosa, requiere determinación y cierta disciplina progresiva, ya que gradualmente la práctica se hace más y más sutil, hasta que al final no tiene ninguna forma. Pero para aquellos que ya estuvieron practicando con seriedad durante muchos años, deben estar dedicados ya a la realización directa y espontánea.

El Yoga Cachemira nunca está en el objeto; sino en el observador que ve, el sujeto, el conocedor. Lo que nosotros somos realmente no se puede objetivar, no nos podemos encontrar nunca objetivamente, es decir, en los objetos sino más allá de los objetos. Este Yoga Cachemira que contempla directamente hacia la Realización de Ser Absoluto, es un punto de vista meramente metafísico, por tanto es necesario penetrar y fundirse en el Ser, para practicarlo desde ahí.

Al principio la observación es muy valiosa, al convertir el cuerpo en nuestro objeto de observación y profundizar en el ser Conciencia, pero después incluso todos los objetos van desapareciendo en esta observación de Ser consciente y a esto el Yoga Cachemir le llama espiritualizar el cuerpo.

Este Yoga va hacía una integración corporal desde lo espiritual, no se limita como muchos otros yogas a una especie de gesticulación repetitiva, hay que sentir la demanda de lo trascendente y la necesidad del conocimiento de la Verdad, en cierta manera desde hay podemos construir nuestro cuerpo, como un templo sagrado de luz y esto es darse cuenta que el Ser no es el cuerpo; sino que el cuerpo es la expresión de Ser, entonces la existencia del Yoga Cachemir es conocer nuestro cuerpo como vestidura de Ser.

El enfoque Cachemira es estar unido al presente, vivir el instante y esto no se consigue en un proceso de voluntad, nos afirma que las técnicas tienen cierto valor como preparación y purificación, sirven para apaciguar la agitación de la mente y controlarla, pero después hay que soltar toda técnica, porque no podemos llegar a lo que Somos, a nuestra verdadera naturaleza o Realización de unidad de conciencia por medio del esfuerzo mental y las técnicas. Jean Klein nos recalcaba que: “una mente controlada jamás puede ser libre” y cuantas veces nos quedamos enganchados y confundimos el medio (técnicas del yoga), con el fin (Realidad o Verdad de lo Absoluto).

Con las técnicas se puede encender una vela, pero no descubrir la luz de lo Absoluto, que es la luz del Sol. No tienes que llegar a lo que ya somos, sólo descubrirlo. No puedes buscar lo que realmente eres, sino dejar que lo que esencialmente eres te busque a ti. El último objetivo de las técnicas es en realidad poder llegar a prescindir de ellas, el estar practicando toda la vida entera, indica que no hemos superado el período de entrenamiento, de preparación.

No se realiza la observación poniendo el énfasis en la disciplina, el método. Así no se alcanza nada y menos la verdadera unidad de conciencia, es entonces cuando la mente se serena mediante la observación y no solo por realizar la postura, que es como se cree y se realiza habitualmente.

Terminando diré que para mí este enfoque del Yoga Cachemira es: un yoga intuitivo, creativo y meditativo. Intuitivo: porque en la apertura de la sensibilidad global de la postura, estas abierto a la Luz inspiradora de la Conciencia. Creativo: porque no sólo se mantiene uno en las posturas clásicas; sino porque desde la observación lúcida salen nuevas posturas creativas, cómo una escultura o danza viva y uno queda abierto a lo desconocido. Y meditativo: porque en la pose dinámica o estática, lo importante para mí es la actitud meditativa, que es la atención abierta y despierta a la Conciencia. Uno desde aquí tiene la vivencia de que no hay nada que hacer, simplemente dejarse hacer, así comprendí que este yoga y todo en la vida es meditación. Desde aquí surgió la Luz y fuerza de poder impartir, compartir y trasmitir este yoga Cachemira a los demás, está manifestación que solo se puede realizar, desde lo que hay en uno mismo.


Desde un enfoque Shivaista Cachemir


Yoga Cachemira del Shivaísmo No-Dual

Introducción

El enfoque del Yoga-Cachemir de esta exposición parte del Shivaismo, en el que se introduce una parte importante del Tantra (Yoga de origen Shivaista), donde prevalece el origen femenino. El fundamento básico de este escrito, es el de plasmar algunas pinceladas sobre este tema y a la vez cuestionarnos: ¿qué es lo que estamos haciendo con el Yoga en general? y ¿por qué es tan desconocido este denominado Yoga-Cachemir?

Este Yoga nace desde la perspectiva de la No-dualidad del Advaita y del Shivaismo. Iniciaremos comentando ya de entrada, que esto es muy complejo y difícil de comprender, si no se tiene de antemano cierta madurez, profundidad y desapego de las sombras más oscuras, del inconsciente psíquico y de sus condicionamientos. Es muy complicado el asimilarlo, intuirlo desde el intelecto y el razonamiento, es prácticamente imposible. Aquí no utilizamos la lógica establecida por los hábitos, va más allá de las ideas y del pensamiento. Es bastante diferenciado en su enfoque de los otros Yogas, tal como lo iremos observando en la medida que vamos elaborando, la trasmisión de los argumentos de todo este cuestionamiento.

En mi humilde opinión y visión o pequeña vivencia, este Yoga de Cachemira, es de un encaje y calado hondo, que apunta con seriedad hacia la Última Verdad, a la vibración de la tranquilidad de Ser. Está tradición del Yoga Shivaísta Cachemir, proviene de una visión directa, como una celebración en toda su práctica de lo Eterno. Esta vía directa, No-dual; a veces se sirve de las vías progresivas, dando suma importancia al sentir y vivir las emociones, reconociendo nuestra carencias y atravesándolas para liberarnos. Parte de que antes de iniciarse en el Yoga, ya Somos; al revés de los demás Yogas, hago yoga porque Soy, no realizo el yoga para Ser.

¿Por qué el Yoga del Shivaísmo Cachemir?

Porque trata sobre la receptividad de las carencias, los traumas psíquicos que casi todos tenemos y nos enseña a aprender a vivir con ellos a través de la sensibilidad del cuerpo, lo que de entrada ya choca con los planteamientos y visiones de otras escuelas de Yoga, que normalmente evitan sentirlos. Lo que propone el Yoga del Shivaísmo Cachemir es la constatación de estos conflictos psíquicos en el plano sensorial, del sentir el cuerpo y las emociones siempre que estas aparezcan en el presente. El sentir es un presente, no es un pensamiento, una conceptualización. Este estilo de Yoga me impactó porque afronta directamente el dolor y el sufrimiento, sintiéndolo en su realidad, entregándose a él, para liberarse y que ese dolor de ese instante, era mi pasión para redescubrirme en él.

Uno de los facilitadores, que vive este Yoga en estos momentos y de esta manera es Èric Baret (al que citaré bastante) y expone en relación a lo escrito arriba: “el yoga en el sentido Cachemir, sólo se practica para dejar subir en nosotros esos tesoros, estas emociones”, refiriéndose a las carencias psíquicas.

El Shivaísmo de Cachemira tiene un espacio plenamente específico dentro de las doctrinas espirituales, siendo muy flexible dentro de la línea del Tantra que abarca y está en todos los Yogas, según Èric: “el tantrismo es la expresión de la no-dualidad en la vida cotidiana, es el arte de celebrar lo último en la vida diaria, de reconocer la majestad de la vida en todas sus expresiones.”

Detrás de las emociones está la tranquilidad de Ser, al ser conscientes de las tensiones del cuerpo nos trasladan y nos dejan en la verdadera relajación y tranquilidad de Ser. En la perspectiva de nuestro mundo del Yoga, las tensiones, carencias psíquicas y sobre todo las emociones se rechazan, se tienen poco en cuenta, dejándose un tanto de lado. Esto me impactó mucho cuando se lo escuche a Èric Baret, no es algo que lo diga yo; también lo exploré bastante con Antonio Blay, luego lo comprobé a través de mi propia vivencia, por lo que me atrajo al descubrirlo, tal como lo presentaba Jean Klein y el Tantra del Yoga Shivaísta no-dual.

En el Shivaísmo Cachemir, la vida cotidiana, sus emociones en cada instante son la última tranquilidad de Ser. Èric nos dice: “regresar a este sentir, humildemente, simplemente, te darás cuenta de que es lo más elevado que hay”. Se necesita cierto discernimiento para comprender esto a fondo; incluso estando triste, puedes ser amor con tu sentir. Cuanto más sientas en tu parte psíquica tristeza o miedo, más te separas, te liberas de estos elementos de carencias. Sentir es la no-dualidad en el Shivaísmo Cachemir.

El miedo nos produce la violencia como defensa, ambos son el origen del pensamiento y la agitación como defensas del ego, de nuestra imagen personal. En el sentir no existe fluctuación mental, ni pensamiento, tampoco el miedo ni la violencia. Esto me parece de una exquisitez fabulosa, que no se toca en mi opinión lo suficiente en el Yoga normalmente. Lo sabemos mentalmente, pero ¿lo sentimos del todo a fondo? No puedo sentir y pensar a la vez.

Continuamos con Éric: “para ver con claridad, es preciso sentir corporalmente, sin justificación, sin crítica”. Es sentir y permitirse vivir a fondo la vibración, abandonando la idea, los pensamientos, de cómo debería suceder, o de que no hubiera tenido que suceder nunca. Para eso está la escucha y el observar las tensiones, las zonas del cuerpo, en donde se producen. Esta sensación así quedara libre al expandirla por todo el cuerpo.

Hay algo interesante de Éric en base a esto: “cuando alguien te pide que le ayudes a resolver un problema, si le dices comienza a sentir el hueco de tu mano, no volverá”. Es lo que suele ocurrir bastante, cuando a muchos les propones este sentir el vacio a través de la mano, más profundo y serio, para afrontar sus conflictos personales y psíquicos, te contestan que ellos no desean tocar nada de eso, que no quieren complicarse en esas cuestiones, esto indica que no tienen la pasión del Yoga necesaria. A lo que les respondo, pues muy bien entonces acude a otros centros de yoga, donde tratan mucho más lo físico y un poco más del Yoga en su iniciación. Si es que así lo sientes, si al menos por ahora ves claro que no es tu momento, con todos los respetos tienes que ser fiel con tu presente y tus sensaciones.

Éric: “sentir la emoción es descubrir la belleza en el miedo, el sufrimiento, la ansiedad”. Tantas veces recurrimos a lo espiritual como escape, en lugar de encarar directamente las carencias, huyendo y rechazando nuestra Esencia. Entonces el cuerpo está para explorar en que zonas sientes esas tensiones de miedo. Cuando lo sientes no estás en el miedo; sí cuando lo piensas. Pero tampoco es cuestión según la tradición de Shivaísmo Cachemir, de pretender sentir y sentir más, sino en ser conscientes de que no sentimos. La sensibilidad aparece en todo el cuerpo, en el instante de tomar conciencia de que no sentimos.

Èric plantea que:usted practica Yoga porque ha comprendido algo, no lo hace con el fin de comprender algo”. Esto es lo que le diferencia al Shivaísmo Cachemir, de casi todos los demás enfoques de Yoga. Si existe fin u objetivo hay ego, autor personal y con esto no quiero decir que es el único, el mejor, sino que los otros Yogas también pueden apuntar y apuntan hacia lo mismo, desde otras perspectivas. A algunas personas estas escuelas o doctrinas de Yoga diferentes, incluso les puede ir mejor que este Yoga de Cachemira, que están a su medida y en su momento son correctas. Aquí está la belleza de la expresión a través de la pluralidad, del Amor en la vida, lo que compartimos para aprender unos de otros.

Todo lo que aparece en la observación nos concierne, no como algo del yo-personal, de lo psicológico, sino interiormente todo lo que se presenta en la observación es nuestra reverberación, nada nos resulta improcedente. Esto es el tantrismo, el permitirse ser llevado a la esencia de Ser por cada emoción, enseguida de ser sentida, no pensada desde la imagen personal, el ego.

Todo esto es el Bhakti-Yoga en el tantrismo, donde se deja sentir lo Sagrado en una devoción, lo que es el agradecimiento, la emoción, es lo más íntimo, es la ceremonia y la alabanza de vivir lo Divino. Según Éric: “lo esencial es bhava, emoción íntima, emoción de ver nuestra tranquilidad en las situaciones. En un momento dado uno se da cuenta de que no tiene necesidad de amar, como tampoco de ser amado. ¿Qué permanece? Queda el sentimiento de Amor, esta comunión que tenemos entre los seres y que no es direccional.” Que interesante es lo que ilustra la emoción de ver esta tranquilidad de Ser, en cada situación de nuestra vida y en cada instante.

La técnica, la disciplina no ha tenido mucha sabiduría específica de Ser, en el Shivaísmo de Cachemira. Su origen es más comprensivo, más inclusivo, en la integración con el vivir la vida cotidiana, en la relación, en lo social, en la familia, el arte, su belleza. No tanto en ser asceta, en el celibato, encerrarse en una cueva, llevar una vida monástica, que va más acorde con el enfoque Vedanta, más exclusivo, no tiene tanto en cuenta el cuerpo, el sentir, ni la mente; es más el Conocedor, de todo ello. El Shivaímo Cachemir no-dual añade, que uno es igualmente todo lo Conocido, y todo lo conocido está en el Conocedor, incluido el sentir. Ambas formas, tanto el Vedanta como el Shivaismo de Cachemira, aunque distintas, nos llevan y apuntan a lo mismo, al encuentro con la Conciencia.

El Yoga de Cachemira pasa de escuchar a ser escucha, de mirar a ser mirada y esto requiere una gran sensibilidad, afirma Èric. En el simple estiramiento de las asanas (posturas), aparece enseguida la sensación de vacío corporal, una vibración, que nos lleva a veces a la inseguridad, esos instantes son muy importantes para atravesar las barreras de las tensiones del ego y liberarse de ellas. Es la seguridad máxima.

Tal como siento el Yoga, éste debería ser una gran herramienta de trasformación de los conceptos, de los pensamientos en sensibilidad, en sentirnos, es decir en vivir las emociones dentro del Yoga y en la vida cotidiana. Me parece y puedo estar equivocado, pero me da la impresión y realizando una crítica totalmente constructiva, que la mayoría de los Yogas de hoy en día, donde incluyo el que practico, tenemos esto muy poco en cuenta y deberíamos aprender, mirarlo más profunda y seriamente, si dentro del Yoga en general, nos servimos lo suficiente del sentir y de las emociones.

Lo que a lo mejor requiere que debamos dar un salto, un paso más adelante en nuestro crecimiento, madurez. Lo que sería un darnos cuenta de las restricciones de la mente, del pensamiento, para así ampliar nuestro campo de Conciencia. Tendríamos que vivir hoy en nuestra sociedad más según el sentir, seamos yoguis, artistas, albañiles o médicos, porque esto es la entrada al verdadero Amor. Me parece algo maravilloso, observarlo en esta orientación con claridad, no solo intelectualmente y vuelvo de nuevo a Éric: “debemos verlo de manera viva, sentirlo. No soy miedoso, ni estoy triste, no tengo miedo ni tristeza; sino que siento el miedo, la tristeza”. Esta visión y comprensión nos irá trasformando.

Al sentir esta visión yo no estoy, soy el miedo, la tristeza, sufrimiento etc. uno ya no tiene nada de ello, sino que todo ello está en mí sentir y todo cambia, es totalmente diferente como se vive, uno va quedando disponible, vacio. Es una invitación a explorarlo en cada uno y ver si esto es así o no. El Tantra Shivaísta atestigua que en la vida sólo hay emoción. Uno es consciente de que no es, no está en la emoción, sino que la emoción está en mí, comprender esto es de vital importancia y puede costar años y años el que sea vivencial. Se da solo cuando las carencias de tristeza, la depresión y demás, se viven del todo en mí, pero no estoy triste, depresivo, tan solo lo siento.

Es sólo cuando siento la verdadera tristeza a fondo, que me encuentro siendo la Alegría; es nuestra liberación del inconsciente psicológico. Sentir no es nada psicológico, la sensación es algo extraordinario, el sentir es no-dual.


@ KOLDO RUIZcachemira.yoga


La importancia del cuerpo y su sensibilidad

En el Yoga-Cachemira se le da suma importancia al cuerpo, tal como lo sugería Nisargadatta: “la sensibilidad del cuerpo es la Conciencia Pura de Ti Mismo”. Lo mismo menciona el Yoga-Cachemira con el cuerpo: lo convierte en el objeto casi prioritario de nuestra Conciencia. Las asanas (posturas) deben ser una observación continua al cuerpo sensible, a la sensación, como si sería un templo sagrado.

Este Yoga pone el énfasis en el abrirse al trabajo corporal, es como un destello preciso del despertar la sensibilidad, es poner el acento de su práctica en el origen de no-proyectar, ni proyectarse en ningún fin, objeto, ni resultado. Nada que conseguir. La existencia del cuerpo no debe ser separada ni despreciada, del mundo, de lo que Somos, de la Conciencia. Las funciones del cuerpo, al igual que las psíquicas deben forman parte de lo espiritual, de lo Divino.

Es conocer al cuerpo para después olvidarlo, quedando solo la vibración vacante de lo Sagrado. Hay que ser capaz de realizar la pose sin hacerla, hay que olvidar todo para esperar sin esperar nada. Lo que Somos es lo inesperado, Klein recalcaba: “que el cuerpo tiene una memoria orgánica de Paz”. El arte de este Yoga es dejar hacer, es una actitud abierta de “yo no sé” donde el cuerpo es un habitante, un santuario de lo Eterno.

Este estilo de Yoga va hacia una integración corporal desde lo espiritual, espiritualiza al cuerpo dando corporalidad al espíritu. No se limita como algunos nuevos y conservadores Yogas de hoy día, cada vez de mayor especialidad en la mera gesticulación repetitiva, gimnastica y floritura de posturitas, de contorsionista etc. Éric: “todo Yoga que es intencionado es gimnasia”.

En la práctica corporal de las asanas, Éric en sus seminarios persiste dando importancia a estas dos herramientas: 1º el ser conscientes y saber dejar continuamente el peso del cuerpo depositado en el contacto con el suelo y 2º si el cuerpo se deposita totalmente en la superficie del suelo, no aparecerá duro; al contrario, si la dureza del suelo aparece en mí esta es mi resistencia psíquica, no pertenece al suelo, pues el suelo no es duro es mi resistencia.

A mi todo esto que nos cuestiona Éric, me hizo y me hace recapacitar: ¿qué hago conmigo mismo a través del Yoga?, ¿cómo me vivo? y ¿hacia dónde estamos reconduciendo el Yoga?, ¿hay intención, esfuerzo, autor de yo-persona? Este es uno de los motivos por los que escribo esto: el de crear debate y trasformación positiva dentro del Yoga y nuestra vida. El Yoga-Cachemir pone mayor hincapié en purificar lo psíquico y apuntar hacía nuestra naturaleza de Ser, que en la limitación exclusiva y dual de lo físico, pero tiene una corriente vibratoria muy propia de sí mismo, no separándolo de lo físico; sino formando una no-dualidad con lo Sagrado.

El Yoga-Cachemir destaca por ser original, espontáneo y a veces sorprendente, está determinado como un impulso imprevisto e instantáneo de adhesión con el Universo, semejante a su propio cuerpo, a una expansión de su propia Energía (Shakti). El cuerpo es el mundo perceptible, es un asombro continuo de vacuidad. Todo lo que uno ve es su cuerpo, el Tantra nos indica que el cuerpo es la morada de Dios, no existe diferencia alguna entre el cuerpo y lo Divino. La Energía (Shakti) produce el cuerpo libre, sutil, en la unión con la Conciencia (Shiva). La postura (asana) constituye esa misma potencia con la Energía. Inconscientemente separamos el cuerpo, de su creación Universal, lo que es la Conciencia, Dios.

Lo más característico, distintivo que me llamo la atención de este Yoga no-dual Cachemir sobre los demás Yogas, es la magia que utiliza el sentir, la emoción y la sensibilidad en el trabajo corporal del Yoga. Toma la emoción y el cuerpo como objeto de observación, verificando que en la emoción el yo-personal, el ego pierde todo el control del pensamiento, que en la emoción no existe control ninguno. Es decir que si existe ego no existe emoción y si existe emoción no existe ego.

El ego no nos permite expresar nuestras emociones y en el enfoque Cachemir, lo importante es este sentir las emociones, los sentimientos. Esto tan sencillo cala en lo más profundo, lo que siento es lo esencial, es la Presencia y este es el enfoque tántrico: el de no querer cambiar el sentir, porque este es el presente en cada instante de nuestra vida. En Oriente lo sensorial es reconocido como la vía Real, para adentrarse en la Verdad y Éric señala que cuando ya no se siente nada psicológicamente, es cuando se siente verdaderamente. El sentir al afrontarlo, es lo que nos da la realidad de la vida en cada instante para ser vivido. Éric añade que encarar esto, es la cima de la tradición del Yoga de Cachemira y que el sentir es la bendición del que lo práctica. En un instante de disponibilidad sensorial, no hay terreno para un problema psicológico.

En cuanto se intensifica la sensibilidad del cuerpo, el Yoga es menos obligatorio, disciplinado e innecesario y en cuanto más tensos y saturados nos sentimos por la agitación mental y del cuerpo más necesitamos el Yoga. No es tanto enseñar el Yoga, es más que el estudiante te lo pida por pasión y necesidad, el facilitador captara esta pasión siempre que sea competente y lo viva en sí mismo. Sin la pasión de ambos es muy difícil, hay que estar apasionado. Es frecuente ver en la práctica del yoga, el estar apasionado durante dos o tres años, pero se observa que muchos no vuelven a practicarlo y pierden el interés y la pasión por el Yoga.

Las emociones proceden del Silencio. Estaremos condicionados por las emociones, si no sentimos la sensibilidad del cuerpo. Si no siento el cuerpo, seré como un objeto identificado con mi propio cuerpo. En un cuerpo totalmente relajado, un facilitador presencia como este cuerpo está compuesto por bloqueos, resistencias y tensiones, que nos impiden observar la sensibilidad de las zonas físicas y las carencias psíquicas, al sentirlas nos conducirán a la tranquilidad de Ser Silencio.

Y al contrario, este facilitador ve en el estudiante, cuando está realizando un asana y no está relajado, distingue claramente que ese cuerpo, se expresa desde la intención, está en el cuerpo identificado, está en el pensamiento. Notará que ese cuerpo está contraído y se siente pesado, grosero al realizar sus movimientos en las asanas percibirá su brusquedad, no la sutilidad en el cuerpo vacante.

Jean Klein nos decía que a veces se necesitan 30 años de práctica de Yoga, por no decir más, para descubrir este cuerpo vacio, sutil, sin peso y desde ahí realizar las asanas, de una forma más etérea y sutil. Después de más de 40 años practicándolo, y después de sufrir varias operaciones, y estar un tiempo sin la práctica, hoy es el día en que ya no puedo realizar algunas poses, y he perdido bastante la elasticidad de mi cuerpo. A pesar de todo sin proponerme, ni saber nada, mi descubrimiento ha consistido en que he contactado con este cuerpo sutil, energético, de vacuidad, de vibración y de sentir en las emociones el fondo de esa tranquilidad de Ser.

En la práctica del Yoga, esto no se constatará, mientras en las asanas pretendamos ser los autores de las posturas efectuadas y de la acción, lo que sería desde el ego. Cuando a Èric le preguntan ¿qué es el Yoga?, lo que suele contestar es realizarlo sin proyecto, es decir, estar sin proyección, sin el ego. La sensibilidad del cuerpo en su globalidad, es un darse cuenta de este no-proyecto, lo que sería sin el ego, el autor personal.

El Yoga es un arte que no aportara nada, si no nace desde el presente, de ese no-proyecto y en cada instante. Èric: “sentir que el cuerpo vive en una restricción es una experiencia magnífica”. El Yoga debe consistir desde mi prisma en el descubrimiento de estas restricciones o carencias, tanto físicas como psíquicas de ansiedad, miedo, sufrimiento etc. Lo que sería el conocimiento de Si mismo, a través de la realización de las posturas del Yoga.

Entre los estilos de los Yogas nuevos que van apareciendo en el mercado, algunos de ellos con objetivos e intenciones, de enseñar y expandir todos los beneficios físicos, psíquicos y espirituales del Yoga, como lo hacen la mayoría de las escuelas de Yoga serias. En cambio, también están apareciendo otros Yogas con objetivos meramente de obtener dinero y vivir del Yoga. Ya que el Yoga hoy día vende, está de moda el posmodernismo físico que cura todo y que es alimento para el ego y su bolsillo, llegando a tergiversar y desvirtuar la verdadera esencia del Yoga. Me parece que este hecho se debe tener en consideración, pues según mi impresión y la de muchos otros, va incrementándose y los estudiantes deberían saberlo, si es que continúa caminando en esta línea errónea.

Klein afirmaba que con esto mencionado arriba, en cierto modo uno se está agrediendo al mismo cuerpo, refiriéndose al cuerpo energético, vivo y sutil. A mi entender de esta agresión que menciona Klein y que todos llevamos un poco o mucho de ella, es la que tenemos que sentirla y aprender de ella para traspasarla. El Tantra del Shivaísmo Cachemir se siente cómodo con todas las culturas, sistemas filosóficos y con todos que practican Yoga, en el Yoga de Cachemira es lo que le denominamos la disponibilidad. Lo que se presenta aquí proviene de una evidencia sin forma, ni precedente, aunque pueda parecer contraria a ciertos sistemas y escuelas de Yoga, no lo es.

Algunos de sus cuestionamientos dan la impresión de remover nuestra parte emocional, sintiéndonos heridos y dejándonos sin referencias, rompiendo nuestros esquemas y hábitos, dejándonos desnudos, provocándonos cierto conflicto aparente, donde reaparecen las carencias psíquicas. Esto es para debatirlo, ser conscientes, ver juntos cómo y por qué se presentan, estas incomodidades en cada uno de nosotros: no será que esto sea para vernos que Somos realmente sin nada, sin nuestras carencias, sin ningún agarre a los apegos.

Son las aparentes diferencias y antagonismos, contrariedades o conflictos lo que se trasmutan en el origen de la madurez y es lo que nos hace crecer, aprender. El camino necesario para completar esta comprensión: es la atención a la sensación y la escucha al sentir.

Koldo Ruiz