La respiración como inicio al pranayama

La respiración como inicio al pranayama

La respiración es el fundamento de la salud física, psíquica y mental. Cuando respiramos bien, la respiración produce una renovación constante de energía. Es un medio maravilloso para incorporar nuestra energía en la mente consciente.

El pranayama es la ciencia del control del prana o energía. El prana es la suma total de todas las energías, por tanto la respiración es una parte del pranayama muy importante, es la que permite la regulación de la entrada del prana (energía), la distribución por todo el organismo físico y la que reorquesta la energía dispersa. Pero a pesar de todo el pranayama no son meramente unos ejercicios de respiración, el pranayama es el alimento y la atención consciente de las energías vitales pránicas en nuestro cuerpo.

Para mí el prana es la energía de la vida y la respiración es el reflejo psíquico-mental de cómo me vivo. La respiración cumple la función más psicológica de la mente, el pranayama cumple una función más de la energía del prana, hasta el nivel de lo Absoluto, lo trascendente y el hatha yoga cumpliría más una función de lo físico, de sentir la sensibilidad corporal.

En el enfoque del Yoga Cachemira la respiración profunda no va hacía, sino que viene de lo profundo, respirar no es que entre mucho aire, sino expresar un impulso profundo. Si uno después de respirar se siente muy excitado y no puede dormir, es que se ha excedido incorrectamente en la duración y la práctica. El impulso de la respiración surge de lo más profundo, a través de ella se aprende a ser consciente de lo profundo que Yo Soy, la respiración produce mi modo de estar y de Ser, por eso si se aprende a respirar de un modo natural y sano me llevará a una actitud interna correcta.

Los niños, los animales respiran con naturalidad, correctamente, el ser humano ha deformado la respiración, a causa de las tensiones crónicas, musculares y mentales que lo limitan, bloquean y estás tensiones a su vez son el resultado de conflictos emocionales, que se han incrustado por la actitud de estrés, ansiedad y miedos que hemos adoptado en la vida. Una respiración sana y completa es un acto en el que participan casi todos los músculos del cuerpo, no existen resistencias.

Lo importante tanto en la respiración como en las asanas (posturas) es la atención, la conciencia de Yo Soy debe apuntar hacía la expresión adecuada del asana y de la respiración, estos a su vez realizadas conscientemente nos llevan hacía esto que Soy, lo profundo de Ser. La respiración es reflejo, pero también puede ser causa, puede ser un medio excelente de reeducación de la personalidad. Antonio Blay nos expresaba que una reeducación a fondo de la respiración, es una reeducación a fondo de todos mis modos de ser y de hacer. Es curioso descubrir como algo en apariencia tan simple y prosaico pueda ser tan fundamental. La respiración puede cambiar las formas inconscientes del funcionamiento de la mente profunda, de los estados internos, a la vez está actitud consciente interna cambiará la forma de respirar erróneamente.

A. Blay decía que la práctica del pranayama correcto, es el ejercicio más útil para el desarrollo físico, psíquico y mental del ser humano. Su ejecución consta de cuatro fases: inhalación, retención (pulmones llenos), exhalación y retención (pulmones vacíos). Siempre se efectúa por la nariz. Comienza mediante la acción del diafragma antes que la nariz y con mayor expansión, movimiento en las cavidades interiores del cuerpo, que por la nariz, lo que la hace diferenciar de la respiración artificial, que tiene 500 cm y la respiración profunda de 8000 cm, es decir 8 veces mayor, lo que hace airearse bien los alvéolos de los pulmones, llevando el oxígeno a la sangre para distribuirlo por todas las células.

Las personas que respiran correctamente e incorporan bien la energía, en la mente consciente sin dispersión, sorprendentemente se producen en ellas el equilibrio físico, de peso del cuerpo y la integración psicológica. La postura más adecuada es la de sidhasana, con la columna vertebral recta y vertical.

La respiración ha de ser en general suave y silenciosa, la capacidad en mantenerse cómodo en la retención y el tiempo más largo en ella, es otra de las distinciones del pranayama de la respiración. En el pranayama hay que tener mucha más precaución que en la respiración, evitando cualquier sensación de sofoco, cansancio, no abusando ni realizándola de forma incorrecta.

Para respirar por la nariz, la práctica requiere que las fosas nasales estén limpias sin obstrucción, ni mucosidades, ¿porqué? Porque en los cornetes es recalentado el aire, purificado y si es necesario humedecido, es la mejor preparación de entrada en los pulmones del prana. Estas cuestiones no pueden realizarse por la respiración de la boca y encima se regula mucho mejor por la nariz que por la boca, sin brusquedades con autodominio y asimilación del aire y su oxigenación en la sangre. La respiración por la nariz no sirve solo para acondicionar el aire, limpiarlo de las partículas de polvo, calentarlo, humedecerlo, sino que además mide sus cualidades sutiles, tomando conciencia de la separación de las aletas de la nariz al inhalar, a la vez que se produce la expansión del abdomen y la dilatación de ambas al exhalar.

La atención en el instante permite absorber una mayor cantidad de prana, donde está la respiración puesta, está la atención, la actitud y por el otro lado donde pongo la atención, pongo la energía. A los yoguis experimentados les basta observar atentamente cómo respiras, para conocerte el estado físico y psíquico. Aquí el pranayama no es solo una regulación de la energía y reorquestación de la energía dispersa, llega a ser una toma de conciencia de sí mismo, uno va siendo una unidad con el impulso respiratorio. A medida que se va profundizando en el impulso que hace funcionar la respiración, se va ahondando en los estados profundos mentales y psíquicos.

Normalmente respiramos unas 18 veces al minuto, en cada respiración se introduce medio litro de aire, lo que hacen 9 litros por minuto. Si aprenderíamos a realizar la respiración completa y profunda correctamente, en dos respiraciones al minuto podríamos introducir 4'5 litros por cada respiración, lo que llegaría a ser lo mismo que en 18 respiraciones: 9 litros.

Entonces cabe preguntarse: ¿porqué se enseña la respiración y se dice, que es mucho más efectiva cuanto más lenta, profunda, y larga? Pues, por varias cuestiones: entre las fosas nasales y los alvéolos pulmonares se interpone toda la tubería compuesta por los bronquios, bronquiolos, y sus ramificaciones, la capacidad de esta tubería es, por lo menos, de medio litro. Por lo tanto, el medio litro de aire que entra en una respiración superficial, basta escasamente para remover el aire contenido en la tubería y algunos escasos centímetros cúbicos de aire fresco llegan hasta los alvéolos. En cambio al respirar lentamente hacemos entrar en los pulmones 4'5 litros, ponemos en contacto con el aire a casi toda la superficie útil de los pulmones, ofreciendo una superficie de intercambio 20 veces mayor, al igual que la expulsión es superior en anhídrido carbónico, así como la fijación de oxígeno. Los yoguis dicen que el beneficio de un minuto respirando así, equivale a 60 minutos de la respiración superficial.

En mi experiencia la respiración es más importante, que las asanas, es lo que las nutre, alimenta, es el telón de fondo en el que estoy consciente y atento en el presente. Tenemos estas cuatro clases diferentes de respiración: abdominal, torácica, clavicular y completa.

Abdominal: nos aporta el 70% de toda capacidad respiratoria, incluso cómo veremos más tarde sirve de base de la respiración completa. La inhalación dura la mitad del tiempo que la exhalación. Sirve sobre todo para tranquilizar el psiquismo, a parte de la relajación física para dormir y descansar mejor, afloja las tensiones, resistencias corporales, emocionales y nos ayuda a la meditación etc. Una respiración abdominal deficiente expresa una salud débil y un estado nervioso e inquieto. Moviliza más la zona abdominal que la torácica.

Torácica: nos aporta el 20% de la capacidad respiratoria, la inhalación es más activa que la exhalación y nos sirve para adquirir energía, seguridad. Moviliza más la zona torácica que la abdominal.

Clavicular: nos aporta el 5% de la capacidad respiratoria, adquiere su importancia conjuntamente con la respiración abdominal, torácica con la clavicular o completa. Moviliza la zona clavicular, alta de los hombros para finalizar en la respiración completa.

Completa: es la que aporta el 100% de la capacidad plena pulmonar e intervienen las otras tres fases de respiraciones, es decir la abdominal, predominantemente pasiva, la torácica predominantemente activa, ambas conscientes en la atención al presente y la clavicular. Conjuntamente es la que nos permite la mayor oxigenación y nos sirve para mejorar la salud en general, vitaliza y relaja el sistema nervioso, adquiriendo beneficios importantes de regulación y estimulación, de los otros sistemas orgánicos (respiratorio, digestivo, glandular). Sobre todo sirve para cuando uno se siente deprimido o fatigado, es decir, equilibra el psiquismo.

Cuando el cerebro no dispone de la suficiente cantidad de prana, se encontrará y se sentirá agitado, igual con la depresión que es un problema mental, hace descender el nivel de prana en el cerebro, desequilibrando el cuerpo y crea inestabilidad en la mente, entonces surgen los pensamientos. En cambio con la respiración correcta, se aporta oxígeno a la sangre y por tanto aportará energía al cerebro y equilibrando la energía se armoniza la mente.

Una vez aprendidas estas respiraciones, con la experiencia se va comprobando, que realizarlas con el abdomen ligeramente controlado, permite la entrada y salida de aire con mayor estabilidad, que con el abdomen totalmente dilatado o inflado, pero antes hay que practicar y sentir como en la inhalación al descender el diafragma masajea los órganos abdominales y al exhalar desciende el diafragma masajeando el corazón. En la respiración completa y el pranayama es imprescindible que estén apoyadas en este control de la pared abdominal, que es un pequeño control de bajo del ombligo, no es contractura, es un mínimo control no tenso.

La respiración normal y habitual debería ser está respiración completa de control abdominal no tenso, aunque de forma más atenuada que en el pranayama y tanto en coche como sentado en el trabajo, en casa etc; así se va fortaleciendo esta cintura abdominal en la parte subumbilical. Para aprender esta respiración viene bien las asanas del arado (halasana) y de la vela (sarvangasana).

Después se pasará a vigilar y observar las fases de la retención, para aprender al principio es más fácil y confortable, no llenar demasiado el tórax. El pranayama comienza con la retención más larga que en las respiraciones, provocando una mayor liberación y reparto de energía por todo el organismo, pudiendo llevar desde la mente atenta está energía, a cualquier parte del cuerpo donde la necesite y la sienta adecuada. Es como un depósito lleno de energía, que utilizando la inteligencia puedo llevarla al servicio del amor.

En la retención hay que tener las precauciones necesarias, porque en un cuerpo sin la suficiente elasticidad por las asanas y con una columna rígida, las retenciones prolongadas pueden ocasionar trastornos. Si hay retenciones largas en el pranayama hay que estar con el estómago vacío. El error más habitual en el principiante es el de inflar demasiado el abdomen, creyendo que así llenándolo más, aguantará más tiempo. Es la exhalación la que condiciona a la inhalación y no al revés, empieza vaciándose, esté es el problema del asmático.

En la respiración se ve la estrecha relación, que tiene con nuestros estados mentales y psíquicos en sus respectivas fases.

Inhalación: si existe la tendencia a refugiarme más hacía dentro, me estará indicando que la dificultad está en la exhalación. La inhalación me dice como dejo que entre, venga y viva la vida, al otro y a las circunstancias, si le exijo, la inhalación será más activa y forzada, cuando la dejo que penetre libre y espontánea, será más pasiva, sin exigencia.

La persona con miedo por una idea o sentimiento de debilidad, tendrá una inhalación restringida, inhibida. Blay la clasificaba así: Inhalación activa: actitud de tomar del exterior todo aquello que me resulte necesario. Inhalación profunda y activa: arrebata las cosas con cierta urgencia, ansiedad, por falta de fortaleza, necesita de la sustentación del exterior. Inhalación superficial y activa: quiere coger algo, pero sin dejar que entre demasiado, interponiendo alguna barrera por miedo o timidez. Inhalación pasiva: permito que las cosas vengan, no las exijo, no voy hacía ellas. Inhalación profunda pasiva: dejo libre que penetre, intercambio exterior. Inhalación pasiva superficial: no quiero vivir del todo.

Exhalación: si existe la tendencia de recurrir casi siempre hacía fuera, me está diciendo que la dificultad estará en la inhalación. La exhalación lenta y prolongada es el mejor sedante, sueño reparador. La persona que tiene miedos a entregarse, darse y mantenerse abierto a los demás, a las circunstancias, al mundo etc., tiene dificultades al exhalar completamente, es como que tiene miedo a inhalar y eso le hace mantenerse un tanto con el efecto del tórax o pecho hinchado, es una defensa y no exhala del todo, quiere mantener cierta seguridad ilusoria y guarda está reserva sin vaciar el aire contaminado.

La exhalación también se puede hacer de dos maneras: movimiento pasivo o activo, dejarlo que salga o echarlo fuera, lo que me indica psíquicamente si me expreso con los demás, tal como soy, natural, observando que mi exhalación es dejar salir el aire todo, pues si tengo miedo no podré dejar que salga todo, estaré controlando lo que expreso y la exhalación será insuficiente con miedo.

Si mi actitud en el mundo es impulsiva, hostil y brusca, mi forma de exhalar el aire será siempre activa, con esfuerzo, combativa, de contraposición, pero Blay la clasificaba todavía mucho más detallada: Exhalación activa: tajante, casi agresivo, alejo de mí lo que no deseo. Exhalación profunda y activa: ir al fondo de mis exigencias, con una mezcla de rechazo y protesta. Exhalación superficial y activa: expresión suave, sincera, sin dejar nada dentro. Exhalación pasiva: me doy al exterior con suavidad, pero sin exigencias, impetuosidad. Exhalación profunda y pasiva: permite que salga todo lo que no necesita, actitud generosa, involuntaria. Exhalación superficial y pasiva: entrega parcial del mundo solo justo para lo que quiero, expresa una gran timidez, miedo de hacer daño, de molestar, porque teme la reacción de los demás.

Pulmones llenos: si uno siente después de inhalar con los pulmones llenos, la necesidad de exhalar con fuerza, ruido, es porque ha prolongado demasiado la retención o la inhalación y si al contrario al exhalar con los pulmones vacíos, siente algo de ahogo y necesita rápidamente inhalar, es porque ha prolongado demás la retención o la exhalación con los pulmones vacíos. Al inhalar hay mayor posibilidad de actividad mental, en los momentos de retención hay posibilidad de estabilizar la mente y es el momento óptimo para la meditación, cuando uno esta más atento se produce espontáneamente la suspensión del inhalar y el exhalar. En una total atención y gusto no hay necesidad de respirar, es el momento de asimilación en la conciencia de uno mismo.

Las personas que están siempre preocupadas por sus problemas, se mantienen permanentemente en retención, hacen una respiración artificial, esto es una intoxicación psíquica, hasta que interviene inconscientemente el mecanismo físico de hacer un suspiro profundo y de nuevo una inhalación y exhalación para soltar todo, sino se hiciera esto se produciría una intoxicación total, porque cada vez que tenemos miedos, preocupación, cargas de energía sufrimos una verdadera intoxicación psicológica, es reprimir los sentimientos, es positivo dar un suspiro.

En cambio hay otras personas que no pueden retener, que necesitan estar constantemente inhalando y exhalando, son personas que no quieren saber nada de sí mismos están dependientes de lo exterior, huyendo de sí mismos y la retención en estos momentos propiciará la expresión. Por el contrario otras personas hacen este retener excesivamente largo, tanto que sino inhalan se ahogan, están constantemente preocupadas de sí mismos y no les gustaría salir al exterior, sino vivir aisladas y metidas dentro de sí mismas. Clasificación que establece Blay: es cuando tengo el aire retenido correctamente que me siento más fuerte física y psíquicamente.

Pulmones vacíos: es el momento ideal de relajación, de preparación a instalarme en el sueño profundo, de entrega, soltura, es cuando se está en una sintonía baja psicológicamente, uno se siente débil cuando está sin aire, algunos tienen el interés de sentirse débiles y cada vez que rechazan el exterior, están rechazando el vivir. Cuando siento una gran tristeza, siento que me alejará de todo, de todos, cuando quisiera no vivir, pero este momento sin aire también es un breve instante en el que estoy más abierto, sensible para captar la máxima receptividad del exterior.

Normalmente cuando queremos escuchar algo importante nos quedamos sin aire, cuando la mente esta aquietada se produce un estado de tranquilidad, paz, entonces podemos estar largo tiempo sin respirar. Clasificación de Blay: se siente débil, sin fuerza, se tiene la mínima resistencia de uno mismo, sin penetrar en las cosas, puede ser muy deprimido, estar cansado, pero puede tener un aspecto importante de cara a la receptividad.

Otras clasificaciones son: Respiración superficial: timidez. Mayor retención interna seguida de una exhalación corta: miedo. Retención con los pulmones llenos seguida de una exhalación larga: estaré forzando a nivel bioquímico, a que entre más energía en mí interior por medio del oxígeno, con esto experimentaré en lo psíquico mayor fuerza y tranquilidad y me obligará a una exhalación tranquila, pero total.

Reteniendo con los pulmones vacíos: en éste caso estaré buscando sentirme más fuerte, más seguro, con mayor energía interior. Si mi problema es de precipitación: me obligaré a realizar una retención interna de cierta duración, esto me llevará a una consolidación interna. Si estoy agitado o irritado: haré inhalaciones rápidas. Exhalaciones plenas, aunque lentas: significa que estoy soltándome, entregándome, la exhalación tiene un efecto tranquilizante.

Uno de lo beneficios de la retención, es que da tiempo para que se mezcle mejor el aire fresco con el viejo residual de los alvéolos y teniendo en cuenta que cada tres minutos pasa la sangre aireada por los pulmones, es lo que hace renovarla y purificarla, por eso son muy importantes dichas retenciones.

Vedanta Advaita y el Yoga Cachemira: Para terminar investigaremos la respiración, desde otro ángulo más directo, desde la visión que nos invita la enseñanza Shivaista No-dual, en concreto de Jean Klein. Se parte ya de un trabajo anterior realizado consigo mismo, donde la respiración se hace sola, donde la vida es la que respira en nosotros, en donde la respiración no hay ningún objetivo. La visión del respirar apunta hacía lo Sagrado, es una expansión de Alegría. Desde el Yoga Cachemira la respiración se ve desde el punto de vista espiritual, trascendente.

Aquí la respiración no está localizada en ninguna parte, se siente que está en toda globalidad del cuerpo y justo en el instante en que no existe inhalación ni exhalación, tenemos una oportunidad de entrar en una nueva dimensión del Silencio, entonces la respiración se convierte en una celebración de lo Supremo.

Está respiración comienza por la exhalación, donde tiene que morir totalmente, porque para nacer hay que dejar morir, crear el vacío sin tensión, entonces la inhalación aparece y se hace como una ofrenda de gratitud al Ser. Hay que captar ese punto de donde surge el impulso a inhalar o exhalar y que al principio se puede sentir en lo físico, luego más profundo en lo sutil y por último en lo causal. En la exhalación llego a soltar el yo-personal, todo lo que no soy y en la inhalación reafirmo lo que Yo Soy, verbalizándolo interiormente.

Lo más importante de la respiración y las asanas hechas sin voluntad, es el silencio que viene y deja después, es ver como el silencio viene a ti; Tú no puedes ir al silencio. La respiración es involuntaria, inconsciente y sin embargo al observarla la hago consciente y esto es lo que hace incorporar la energía, integrarla en la mente consciente. Entonces esta mente queda en condiciones adecuadas, para aceptar que la Realidad es una Conciencia Única.

El sentir "quien respira" es más importante que lo que se siente. Lo que se siente varía, pero ese "quién" no varía nunca. Cuando uno observa en profundidad, llega a descubrir que uno no es sólo la atención a la respiración; sino la visión misma, o el "quien" de donde surge la atención. Al principio es un "darse cuenta", pero después al final llega a no ser suficiente y es ir a ese "quién" a ese "que" se da cuenta.

La investigación sobre la respiración y el prana ha sido para mí, un continuo darse cuenta hacia el regreso a mí mismo. Un recordar la atención presente a mí mismo. Es una toma de conciencia de sí mismo a través de la respiración, en esta respiración primero estamos atenta a ella, luego estamos atentos a nuestra propia atención. Todo lo que uno mira en la observación, su aliento lo toca. En la respiración no hay nadie que respire sólo hay respiración, estricta atención y te conviertes uno con la respiración.

Es una maravilla observar sin intención la respiración, cuando nace, se realiza y se muere libre, espontánea y natural. El asana se hace para conocer y sentir; la respiración es lo que alimenta, nutre el asana. El asana crea un espacio que hay que sentirlo, el asana también crea el espacio para la respiración. La respiración es una expresión de la alegría, es una sonrisa tierna de la alegría de vivir.


Koldo Ruiz